capítulo 27

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Seguí las voces para mirar por la ventana, y vi la sombra de un transatlántico no muy lejos en la bruma

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Seguí las voces para mirar por la ventana, y vi la sombra de un transatlántico no muy lejos en la bruma. Había humo rojo saliendo de la parte superior de la chimenea del barco, lo que era una señal de ayuda. El barco probablemente había sufrido daños por el ataque de la tormenta.

Un marinero gritó, —El bote salvavidas está remando hacia acá. ¡Bajemos la cuerda!

—Pero la doctora Sakarol nos ha dicho repetidamente que no retrasemos nuestro viaje. Todavía no se despierta, ¿por qué no esperas a que le vaya a preguntar? —preguntó otra persona.

—No, tonto. ¡Estamos hablando de una docena de personas aquí! ¡Una mujer despiadada como ella nunca los dejará subir a bordo!

No podría estar más de acuerdo con esto. Golpeé la puerta del camarote y dije: —Oye, amigo, mientras la mujer todavía esté dormida, aprovecha y salva a esas personas. ¡Yo los apoyo chicos!

—¡Entendido, Sr. Desharow! —respondió un marinero de inmediato.

Poco después, escuché los constantes gritos de ayuda acercándose aún más a nuestro barco. Entonces las voces en la cubierta aumentaron, rebosando con llanto, agradecimiento y oraciones. Rememoré repentinamente el accidente marítimo que tuve cuando era niño: en el momento en que mis padres me vieron bien y vivo, habían quedado tan emotivos como estas personas a las que se les había dado otra oportunidad en la vida.

Pero los fallecidos solo podían despedirse de sus seres queridos mientras se enterraban en algún lugar de la vasta sábana de agua oceánica. No eran como estas personas afortunadas que de casualidad se encontraron con nosotros, al igual que mi abuelo y varios de mis tíos.

Tuve de repente esta corajuda necesidad de salir y echar un vistazo, e incluso la idea de servirle té caliente a estas personas también pareció bien. Pero era obvio que Agares no deseaba dejarme ir. En el momento en que moví mi pierna, con su mano, la volvió a fijar a donde estaba originalmente, y su cola de pez se coló en el espacio de mis piernas, atrapando todo mi cuerpo debajo de él.

Me cubrí la entrepierna apresuradamente, el clamor de voces humanas que se escuchaba desde fuera de la puerta hizo todo más embarazoso. Monté en cólera por la humillación, queriendo golpear enseguida el rostro del tritón, pero me detuve cuando vi que sus cejas se juntaban repentinamente. Puso su nariz entre la línea de la grieta de la puerta y olisqueó un poco. Inmediatamente, las comisuras de su boca y ojos se cubrieron con un nítido aspecto de vigilancia, igual como si se hubiese encontrado con sus enemigos naturales.

De inmediato, una premonición mala reptó en mi corazón. ¿Qué podría hacer que este feroz tritón se sintiera tan inquieto?

—No... salgas... —Agares presionó la puerta mientras sus ojos se agudizaban—. Algo…

Sintiéndome perplejo, lo imité para girar la cabeza y miré por la estrecha grieta entre la puerta y la pared que conducía a la cubierta. De casualidad, mis ojos cayeron sobre un hombre con la espalda encorvada. Parecía que era solo un viejo normal, pero cuando moví los ojos hacia su mano escondida debajo de su abrigo, de repente noté algo extraño.

¡Quedé impactado!

¡La mano cubierta por la parte inferior de su abrigo claramente se estaba aferrando a un arma!

¡¿Por qué un viejo que acababa de verse involucrado en un naufragio tendría la necesidad de agarrar un arma?! A menos que estos grupos de personas sean...

Recordé repentinamente las aterradoras noticias que habían sido reportadas por otros en el periódico. ¡La forma en que algunos barcos se encontraron con ataques terroristas era similar a lo que nosotros estábamos experimentando en este momento! Al instante, sudor frío afloró en mi espalda.

¡Fuimos engañados! ¡El 99% de ellos eran básicamente piratas disfrazados de sobrevivientes de un naufragio!

¡Maldición!

Me levanté rápidamente y golpeé la puerta en un intento de atraer la atención del marinero cercano. Quería tratar de advertirles secretamente sobre este asunto espantoso y asegurarme de que actuaran como corresponde, sino solo empeoraría las cosas. —Oye, ¿puedes venir aquí, Henry?

Le susurré al marinero más cercano, ojeando nerviosamente a los falsos refugiados a mi alrededor y esperando que no se dieran cuenta de que había descubierto su identidad.

—¿Sr. Desharow?

Perplejo, se acercó a mí, pero justo en este terrorífico segundo, vi que un viejo entre ellos se enderezaba y estrellaba en el suelo algo que sostenía. Simultáneamente, cuando solté un grito de sorpresa, una gran extensión de humo blanco se levantó del suelo y pronto todas las figuras en la cubierta desaparecieron entre ella. Un olor acre se filtró por la puerta y me atacó la cara. Agares me apartó de la puerta enseguida y me tiró sobre la cama. Aun así, fue demasiado tarde, pues mis ojos fueron quemados y me picaban hasta el punto en que las lágrimas se vieron obligadas a salir.

—¡Mierda! ¡Es una bomba de gas!

Me froté los ojos precipitadamente mientras mi corazón latía sin control, sabiendo que las cosas ahora estaban lejos de ser buenas. La gente fuera de esta puerta quizá ya había sido atacada. Me senté nerviosamente en la cama, sin embargo, Agares me agarró la muñeca, presionó sus labios suavemente contra mis párpados ardientes y los lamió con la lengua estirada.

Me di cuenta de que estaba tratando de paliar la irritación causada por el gas que entró en mis ojos. Aunque su acción íntima y natural me hizo sentir extremadamente avergonzado, ante un peligro tan inminente, decidí soportarlo. Así que cooperé con él, dejándolo empujar mi cabeza contra la almohada y continuar lamiéndome los párpados.

Bang, bang, bang.

La puerta fue pateada abruptamente, creando varios sonidos cual terremoto. Entonces, se escuchó el ensordecedor sonido de las balas disparadas desde una ametralladora golpeando la cubierta de metal cerca del camarote. Me sorprendió el sonido de los disparos, y me tapé los oídos de inmediato. Sin embargo, un zumbido en mi cerebro todavía pervivía, creando un terrible dolor de cabeza. Agares pareció patidifuso y, así, estiró su mano y jaló mi cabeza a su abrazo. Cada centímetro de sus músculos se tensó como una cuerda de arco mientras sostenía la mitad de mi cuerpo erguido en sus brazos. Su garganta liberó una maldición que sonó como un canturreo bajo.

—¡La persona adentro, sal rápido! Te daré diez segundos. Contaré hasta diez, y si hay incluso un segundo adicional, jaja, ¡más de un burro estúpido aquí verá a Dios!

La áspera voz de un hombre atravesó la puerta, el olor a gas y humo se escurría por la hendidura y entraba en el pequeño camarote en el que me encontraba.

Aparté a Agares al instante y apreté mi puño. Estaba totalmente convencido de que no estaba solo bromeando, ya que los piratas armados como ellos eran fugitivos. No había nada que no hicieran. ¡Lo que podía hacer ahora era salir obedientemente y acatar sus órdenes, o después de diez segundos, esos marineros bien intencionados serían arrojados al mar para alimentar a los peces! ¡Aunque jamás pensé que el bote salvavidas contendría piratas disfrazados, aun así, se me podía culpar por esto!

—Agares, si eres lo suficientemente inteligente, no salgas.

Dicho esto, agarré rápidamente mi abrigo y me lo puse antes de saltar de la cama de inmediato. Sin embargo, me tropecé con la cola de Agares, la cual [él mismo] barrió antes de que siquiera pudiera acercarme a la puerta. Terminé cayendo hacia atrás y en sus fuertes brazos, donde mi cintura fue apretada por la desconcertante fuerza del abrazo de hierro. Mi cabeza quedó firmemente abrochada contra su pecho, y una sombra lúgubre se proyectó desde arriba, encerrándome. Esos ojos angostos y resonantes me perforaron de modo amenazador.

—No... salgas...

El autor tiene algo que decir: Vine a responder algo relacionado con el nombre de Agares y por lo que todos están desconcertados. Aunque, después de que estos dos se enamoren, Agares lo dirá él mismo (≧∀≦), pero parece que debería responderlo con antelación.

Spoiler del autor

𝒅𝒆𝒔𝒉𝒂𝒓𝒐𝒘 𝒎𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏/𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora