capítulo 12

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—Desharow, ¿de verdad quieres estudiar a esta especie de sirenio llamado Demonio Nocturno? ¿Incluso si te puede costar la vida? ¿Tú

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—Desharow, ¿de verdad quieres estudiar a esta especie de sirenio llamado Demonio Nocturno? ¿Incluso si te puede costar la vida? ¿Tú... sabes que los sirenios son bestias devoradoras de hombres? —La anciana miraba la oscura y plomiza superficie del mar, sus ojos vacíos contemplando el exterior, un lugar aparentemente distante. Cada arruga en su cara envejecida parecía estar fija en un temeroso recuerdo, temblando débilmente.

Aspiré profundamente el fuerte olorcillo a pescado que transportaba la brisa del océano, y asentí. —He oído hablar de esos rumores, pero no hay un caso concreto para verificarlos. Esta es también la razón por la que vine a buscarla —puse mi mano gentilmente sobre la encorvada espalda de la anciana, tratando de guiarla lo más amablemente posible para que siguiera hablando—. Le ruego que me cuente sobre la sirena vista en el naufragio en el que estuvo. ¿No necesita también a alguien a quien pueda decirle todo lo que piensa? Si habla, estaría dispuesto a ser su psicólogo temporal para ayudar a aflojar los nudos en su corazón.

Pareció conmoverse hasta cierto punto, ya que giró la cabeza hacia mí. Ese par de ojos nebulosos reflejaban la luz de la decreciente fogata detrás de mi espalda, su expresión parecía compleja e impredecible mientras me miraba atentamente. Su mano torcida estaba apretada alrededor de mi muñeca, sus uñas casi hundiéndose en mi carne. Parecía como si estuviera usando esta clase de método para probar mi sinceridad. Resistí la excentricidad de la enferma mental, y le devolví la mirada con una decidida firmeza.

Sin importar lo que el Sr. Shinichi me hubiera mencionado alguna vez, incluso si hablara con un testigo que se encontró con una sirena en un naufragio y con la posibilidad de que las palabras pronunciadas no fueran muy creíbles, aún no estaba dispuesto a abandonar un poco de consideración.

La anciana soltó un largo suspiro antes de cerrar los ojos.

Debajo de sus párpados caídos, el contorno de sus ojos perdió su distancia focal y comenzó a balancearse, el movimiento evidenciando que un viajero marítimo caminaba de regreso a la tierra una vez más. Supe que debía estar profundamente absorta en aquellos años en el mar, y no pude evitar contener la respiración, esperando seriamente que hablara.

Después de un largo silencio, la anciana dejó escapar otro largo suspiro y escupió cada palabra desordenadamente, —En aquel entonces, un grupo de compañeros aventureros y yo éramos igual que tú, anhelando la idea de ver una sirena. Nuestro barco había estado flotando durante unos meses en una zona de mar donde se decía que los sirenios frecuentaban. Finalmente, un día, atrapamos con éxito una sirena macho. Sin embargo, no esperábamos que el sirenio fuera una criatura de las profundidades marinas tan malvada y aterradora... Te ha de oler primero, olfateando profundamente, como si juzgara el olor de su presa. Si lo disgustas, te romperá el cuello y te hará pedazos...

Cuando dijo esto, su respiración se hizo abruptamente corta y apresurada, luego sus ojos se abrieron de repente. —En verdad fue como una pesadilla en la noche, ah. Vi en primera fila cómo varios de mis buenos compañeros eran considerados comida por el tritón, solo quedé yo... solo yo... Me escondí en un oscuro camarote secreto, permitiéndome escapar de esta calamidad. ¡Estaba tan aterrorizada que no me atreví a hacer ningún sonido, hasta el momento en que miré impotente cómo ese horrible bastardo se llevaba a mi hijo! El tritón se lo llevó al fondo del océano, para no volver más... Realmente lo lamento... realmente lo lamento...

Siguió repitiendo esta serie de sílabas mientras negaba con la cabeza. Supe que su enfermedad mental estaba volviendo a aflorar y no pude evitar aferrarme rápidamente a sus hombros en un intento de pinchar en su brazo el sedante preparado. Justo en ese momento, los bordes de los ojos de la anciana se abrieron con desesperación, su vieja mano marchita se agarró fuertemente a mi cuello, jalándome hacia su cara. Reveló una especie de sonrisa rara y también trastornada, adecuada para una persona loca. —Desharow, créeme, si deseas ver a un Demonio Nocturno en el mar, lo sentirá... Les gusta la gente joven y hermosa con deliciosos aromas que sean agradables de oler... Tú eres... igual que mi hijo...

Estaba estupefacto por la locura de la que había hablado, y me sentía un poco deprimido al mismo tiempo sabiendo que probablemente todas eran suposiciones inconfiables dichas por una posible persona delirante. De la nada, un fuerte y doloroso manotazo aterrizó sobre mi hombro. Me giré para mirar a mis espaldas, y vi al difunto Sr. Shinichi parado ante mí. Su rostro estaba pálido e hinchado, todo su cuerpo cubierto de algas. Sus cuencas oculares eran solo dos agujeros profundos que no reflejaban nada. —Desharow, cree sus palabras. Te encontrarás con esos sirenios...

Aterrado, retrocedí nerviosamente un paso solo para descubrir que mi habilidad para caminar estaba un poco extraña. Bajé la mirada hacia la mitad inferior de mi cuerpo para ver que todo debajo de mi cintura estaba inesperadamente cubierto de escamas, convirtiéndola en una brillante cola de pez gris plateada.

—¡Ahhhh…!

Me desperté abruptamente de la pesadilla gritando, mi cuerpo bañado de sudor frío. Aparté inmediatamente la manta que me cubría antes de mirar hacia abajo. En un par de pantalones de hospital estaban mis dos piernas y pies perfectamente normales y bien.

¿Cómo tuve un sueño tan extraño? Llegué tan lejos como para soñar inesperadamente con algo que sucedió hace unos años atrás, e incluso vi al fantasma del Sr. Shinichi muerto.

Rememoré en mi sueño las palabras realmente locas que la anciana alguna vez me había dicho hace mucho tiempo, también la aterradora apariencia del Sr. Shinichi. No pude evitar sentir un leve escalofrío en la espalda. Simplemente no me esperaba que la predicción–de la cual no me había preocupado antes–sobre mi futura reunión con una sirena fuera una profecía cumplida.

Solo que, ¿cómo estoy acostado en una cama otra vez? ¿No debería estar en el laboratorio de aguas profundas estudiando el tritón con Davis? ¡Oh, cierto, recuerdo cómo ese tipo de repente se volvió loco y dejó salir al tritón!

Después... ¿Qué ocurrió después?

Intenté recordar lo que había sucedido después de eso, pero mi memoria permaneció temporalmente en la escena donde el tritón salía de detrás de la escotilla. Entonces, como antes, pareció haber una brecha en mi cerebro, y mi memoria saltó directamente a la pesadilla que acababa de tener.

¿Qué pasó exactamente? Me toqué la frente sudorosa y sentí que la temperatura era un poco alta, indicando una leve fiebre. Sin ser capaz de manejar la sensación de pesadez en mi cabeza, aupé mi cuerpo y planeé darme una ducha para despertarme más. Sin embargo, justo cuando moví mi muslo, sentí que un dolor prurito surgía de la parte inferior de mi cuerpo. Todo debajo de mi cintura se sentía extremadamente débil y paralizado, como si no hubiera una columna en mi espalda. Era simplemente como si alguien hubiera usado sus puños para golpearme las nalgas despiadadamente de adentro hacia afuera.

Cómo es posible…

¿Quizás en mi estado mental de pánico perdí el equilibrio mientras bajaba corriendo las escaleras, causando que no solo me lastimara el trasero, sino que también perdiera la conciencia en la caída?

Desconcertado, me toqué las nalgas, el corazón sintiéndose perplejo ante la posible probabilidad. Parecía que solo había una razón para explicar esto.

Justo en este momento, la puerta se abrió con un clic, seguido del sonido a la lejanía de botas de cuero pisando el piso, acercándose solo para detenerse en la entrada.

𝒅𝒆𝒔𝒉𝒂𝒓𝒐𝒘 𝒎𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏/𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora