Divididos (Parte 1) [Borradores]

Capítulo 8

(Suly)

A pesar de ser lunes estaba contenta.

El día anterior la había pasado muy bien con Iván, hacía mucho que no hablábamos tanto, me sentí mejor al contarle lo del ataque de ansiedad.

Me sorprendió lo de esa chica de la que me habló, la verdad es que siempre pensé que Ailen había sido la única.

- Pues yo siempre tuve mis sospechas - decía Vianna mientras le untaba la mantequilla a las tostadas.

Estábamos desayunando en mi casa para luego ir al colegio, les había contado lo que me había dicho Iván, pero para mi sorpresa ellas no parecían nada alejadas del tema.

- Yo nunca me di cuenta - me limité a decir encogiéndome de hombros mientras bebía mi jugo.

- Creo que fuiste la única que no lo notó - dijo Rose enarcando una ceja - se le notaba muchísimo en como la miraba... en todo...

- O sea que...- hice una pausa - ¿Ustedes saben quién es?

- Cómo, ¿Él no te lo dijo? - preguntó Vianna, yo negué - pensé que al fin te lo había dicho.

- Decirme qué?

- Bueno, que en aquel entonces le gustabas bastante - yo empecé a reírme, pero su expresión seguía siendo la misma, por lo que deduje que hablaba en serio.

- Ustedes están bromeando ¿no?

- Él nunca nos lo confirmó
Suly, pero era obvio, siempre andaba contigo almorzaban juntos, hacían todos los trabajos extraescolares en equipo, te mostraba sus avances en la guitarra...- dijo Rose aburrida, como si hubiera sido obvio.

- Por favor Rose, eso lo hacemos siempre, incluso ahora.

- Pero con menos frecuencia, con más frialdad...- apuntó Vianna.

- Además, te miraba diferente, como si fueras... especial. - Agregó Rose.

No les dije nada, pero me quedé pensando en sus palabras, y también en las Iván, pero eso no podía ser cierto, él me lo habría dicho...

¿Tú se lo habías dicho si hubiera sido al revés?

Bueno, la verdad es que no, éramos y seguimos siendo amigos, era imposible nada más y no podía imaginar que...

- ¡¡Hola!! - Exclamó él sonriente mientras me rodeaba por detrás con los brazos.

Estábamos en la escuela, todos habían ido a saludar a sus respectivos grupitos, pero yo me había quedado apartada pensando en mi conversación con las chicas, hasta que llegó él.

- Hola - traté de sonar alegre, pero no sé si me salió.

- ¿Estás bien? - sonó preocupado mientras se paraba enfrente de mí para mirarme a los ojos.

No, no te salió

- Sí...- me limité a decir - Solo estoy un poco cansada - eso tampoco era del todo mentira.

- Te conozco, - hizo una pausa y yo bajé la mirada - sé que hay algo más.

- ¿Tú siempre has sido sincero conmigo? - Su expresión preocupada cambió a una de desconcierto.

- ¿Por qué me preguntas eso?

- No por nada, solo quiero saber si...- ¡ay qué difícil es decirlo! - pues...

- Suly, cálmate - dijo poniéndome las manos en los hombros - puedes preguntarme lo que sea, de verdad.

- ¿Qué pensaste de mí cuando me conociste?