Capítulo 9

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(Suly)

Mi cabeza estaba aturdida cuando salí de la consulta de la doctora, había sido una sesión intensa, había tenido que enfrentar muchas preguntas que no quería responder en cuestión de una hora, había sido como traer de vuelta a mi presente a esa Mel que había dado por olvidada, a la amistad que tuvimos, lo mucho que cambiamos, esos saludos que no volvieron a repetirse, las veces que nos ignoramos en los pasillos después de eso, por no hablar de todos los momentos que pasé pintando, los cuadros colgando por todas partes en mi habitación en Madrid, lo mucho que me gustaba, las ganas de volver a hacerlo.

Y fue ahí cuando me armé de valor, cuando salí Alejandro me estaba esperando apoyado en el coche, pude notar lo mucho que lo desconcertó el favor que le pedí, pero no se negó.

Y media hora después estaba allí, otra vez, en la tumba de mi abuelo, le pedí a Ale que me dejara sola, a pesar de no parecer muy convencido, lo hizo.

- Hoy estuve otra vez en consulta - comencé a decir - no sé cómo lidiar con todo esto... ¿sabes? - mi voz empezó a quebrarse - estoy tan cansada... tal vez me parezco más Leah de lo que quiero admitir, tal vez yo tampoco nunca voy a superar que ya no estás aquí... - y ese fue el límite, comencé a llorar sin poder parar - Te extraño tanto...

Y ahí estaba otra vez, otro flashback, otro de esos que de vez en cuando se me venían encima, recordándome que la doctora Palacios tenía razón <<No puedes huir de lo que fuiste Suly, ni de las cosas que pasaron, ellos son parte de ti siempre, que lo olvides algo te lo va a recordar>>

<<Era una tarde de verano, estábamos en la playa, la abuela se había ido a comprar unos jugos y yo me había quedado con mi abuelo jugando en la arena, hacía dos días que la habían detectado su enfermedad.

- Abuelo...- él me miró con cariño como siempre lo hacía - ¿Qué va a pasar si no te curas?

- Pues pasará lo que le pasa a todas las personas - trató de buscar las palabras adecuadas - voy a...vivir otra vida...

- ¿Y la abuela y yo te acompañaremos?

- No hija...- hoy en día sé que no sabía cómo explicármelo - ustedes tendrán mucho que hacer, no podrán ir conmigo.

- ¿Pero qué va a ser la abuela sin ti? ¿Y yo qué?

- La abuela te va a cuidar por mí... y tu hija - dijo brindándome una sonrisa - tú tendrás una vida, un sueño y muchos, pero muchos recuerdos, y en cada uno de ellos estaré yo...- yo había empezado a llorar sin darme cuenta, él se apresuró a secarme las lágrimas - no llores pequeña, recuérdame con una sonrisa, y sonríe tú porque desde donde yo esté, estaré moviendo los hilos para que seas muy, pero muy feliz...>>

Sentir sus brazos rodeándome me trajeron de vuelta a la realidad, no pude evitar llorar más fuerte cuando lo vi tirado a mi lado abrazándome con todas sus fuerzas, y susurrándome un tranquila que me reconfortó hasta lo más profundo de mi ser.

Supongo que Alejandro me vio mal y por eso lo llamó, cuando salimos del cementerio no lo vi allí, seguramente prefirió dejarlo solo para que yo me sintiera más cómoda.

Iván no hizo preguntas, me estaba dando mi espacio y se lo agradecía, lo último que necesitaba ahora era abrumarme más contando todo lo que me estaba pasando.

Le pedí que me llevara a mi casa y él no se opuso, cuando llegamos vi la maleta de mi padre, supuse que había regresado de viaje, pero no estaba allí en ese momento.

Fuimos a mi habitación y le pedí que me ayudara a sacar unas cajas que tenía en el armario, después me ayudó a armar el caballete y colocar el lienzo, se quedó mirándome por unos segundos, sorprendido, hasta que comprendió del todo eso que no lo había dicho en el cementerio, ya sabía de que había tratado la terapia, y el efecto que había producido en mí.

Divididos (Parte 1) [Borradores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora