Capítulo 17

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(Iván)

Con una navidad así quién no desearía otra... Dios mío, si Darián o Alejandro me oían diciendo eso me molestarían eternamente, pero era cierto.

La verdad es que había ido mejor de lo que hubiera podido admitir.

Habían pasado ya dos días y seguía pensando en lo que me dijo Suly, <<tu única familia no es Doña Lidia, la enana y yo también lo somos>>

Era cierto eso que dicen que hay personas en la vida que te hacen vivir un poquito mejor. Ellas dos habían estado más presentes que mucha gente que en verdad era mi familia, desde que las conocí habían estado siempre ahí.

Lía era como mi hermanita pequeña, tenía que cuidarla, llevarla a la escuela, leerle cuentos antes de dormir, y maquillarle las verdades para que no suenen tan crueles en su mundo de fantasías.

Desde que nació siempre la había visto como tal. Y bueno, ella a mí me adoraba, salía corriendo a abrazarme siempre que me veía, representaba esa relación tierna, esa sensación de cuidarla que nunca había tenido, porque al morir mi madre y no saber nada de mi padre, me había quedado como hijo único.

Suly... ella... con ella es diferente, es... no es como mi hermana.

Nunca la quise así, la adoraba pero no como a Lía, ella era mi mejor amiga, pero nunca la había visto como una hermana. Quizás era porque aunque sentía la necesidad de cuidarla, siempre la había dejado que volara sola, nunca había tratado de maquillarle las cosas, porque sabía que ella necesita darse cuenta por sí sola.

O quizás es porque siempre sentiste otra cosa por ella.

Lo cierto es que con ella siempre me sentí diferente, desde la primera vez que la vi, que la mira a los ojos, y a pesar de que ella estaba hecha una fiera conmigo, yo no pude evitar sonreír, hasta el día de hoy ni siquiera entiendo bien porque me reía, solo sé que sentí la necesidad de hacerlo, y bueno después cayó la casualidad de que nuestras abuelas fueron mejores amigas, que nuestras madres se conocían, que caímos en el mismo salón, que mi abuela le confeccionaba la ropa, que la niña era un encanto para ella, qué tan simpática, que le ayuda a ordenar la ropa en la tienda...

Hasta que un buen día, no supe muy bien cómo, terminamos siendo mejores amigos, aunque yo hacía mucho tiempo que había empezado a confundirme, quizás fue en el primer instante en que la vi.

(Suly)

Ese día amanecí con muchas ganas de pasarme por la librería, había terminado de leer el libro que tenía pendiente y me urgía empezar otro, así de complicada es la vida de un lector.

Mi hermana se había ido a pasar el día a casa de su amiga Kimberly, por lo que no tenía nada de que preocuparme.

Pasé horas enteras metida entre los estantes, buscando libros de uno u otro autor, de diferentes géneros, que transmitieran diferentes emociones.

Ya era más del mediodía cuando decidí regresar a mi casa, iba a medio camino cuando me encontré con Mel.

- Suly...- saludó tan alegre como siempre aunque aún se notara la tensión.

- Hola Melody...

¿¿¿Por qué eres tan fría???

- Qué bueno que te encuentro, estaba por llamarte aunque la verdad no sabía si no tenías el mismo número...- dijo algo nerviosa, - porque queríamos coordinar bien lo de mi casa de campo, necesitamos ver que el fin de semana estamos todos disponibles, queríamos ver si podía ser el primer sábado, después de que se acabaran las vacaciones.

- Me parece bien que sean esos días, Lía tiene un campamento por la escuela, así que me ahorro tener que buscar con quién dejarla...

- O sea que sí pensabas ir...

- Tú me invitaste, ¿no? se supone que cuando te invitan a un lugar debes ir, aunque sea por educación, - ella me brindó una sonrisa triste y me dio la espalda dispuesta a marcharse - Melody, - Ella volvió a mirarme - sí sigo con el mismo número. - ella me brindó otra sonrisa aún más triste aún que la anterior.

<<Cambiamos.>>

Y justo como haciendo eco mis pensamientos...

- Pero si mira nada más ni nada menos a quienes tenemos aquí... las dos eternas enamoradas Iván, - dijo en su sonrisa hipócrita, y por supuesto no me iba a seguir callando.

- Como que últimamente te está gustando demasiado el camino a mi casa ¿no Ailen? - vale, mi tono no era el más conciliador posible.

- Ah sí, pero tranquila, no vengo por aquí a verte a ti, y bueno... - puso sus ojos en mi acompañante, - creo que Mel tampoco.

- Mel solo para mis amigos. - dijo ella de muy mala manera.

- ¿Qué amigos? porque te digo de antemano que Santa Suly no es recomendable como amiga... sino que te cuente lo que me hizo a mí...

- ¿Y a ti qué te hace pensar que no lo sé?

¡¡¡WAO!!!

Obviamente la expresión de Ailen dio un cambio drástico, y la verdad aunque sentí una gran satisfacción de ver como Mel se defendía de sus comentarios, tampoco quería estar en sus zapatos.

- Claro, entiendo... ustedes se lo cuentan todo, también cuando les gusta el mismo chico ¿no? - bruja.

Y lo peor es que consiguió que Mel me dedicara una mirada bastante significativa, de esas que hacía mucho tiempo no veía, de esas que me indicaban que me estaba pidiendo permiso para hacer algo, y si algo sabía era que seguíamos tan conectadas como siempre, porque sea lo que sea que Mel quisiera decirle, no acabaría bien.

- Pues fíjate que sí, porque es mejor eso que andarte inventando intentos de violaciones para que un chico te pele.

Y ya no hubo tiempo para reaccionar cuando Ailen le dio la bofetada a Mel, y esta se la devolvió con todas sus fuerzas, con esa rabia que tenía acumulada hace mucho, desde hace años para ser exactos, la situación hizo que por un momento Ailen se tambaleara, estaba herida, le habían dado donde más le dolía, en su maldito orgullo, aunque no lo demostró, siguió en su misma postura, pero para su mala suerte, yo la conocí demasiado bien como para creerle.

Aquello acababa de explotar como si una misma bomba se tratara, y yo me sentía paralizada, no sabía qué hacer, y no lo supe muy bien hasta que vi como David las separaba y me indicaba que me llevara a Mel de allí.

Divididos (Parte 1) [Borradores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora