14. Adiós, Leo Parte II

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Carlos.

Desperté por unos gritos en el pasillo, estaba confundido...¡La madre de Leo! Julietta me comentó que su madre era la única persona que él amaba y la única de su familia con la que no rompió lazos...que le parecía muy extraño que no viniera por sus restos...

–¡Soy su jodida madre!¿Cómo es posible que no se me notificara?¿Dónde están sus restos?¡El quería que lo cremaran!¡Quería descansar en paz en su jardín!. – sollozo una alta y delgada mujer.

–Señora llamamos a todos y cada uno de sus contactos de emergencia...nadie contestó, incluída usted. A excepción de una persona, que vino por los restos de su hijo el día de ayer. Lo siento señora, no puedo hacer nada. –

–¿Quien, joder? Mi hijo no tenía a nadie...solo a mi. –

–Esa es información confidencial señora, en serio lamento no poder ayudarla...–

–¡Quiero a mi hijo carajo!. –

–Señora...¿Lombardi?¿Es usted...la madre de Leo?... – pregunté con precaución.

–¿Carlos Sainz? Joder eres identico a tu padre. – ¿que carajos, que reacción era esa?...luego pareció salir de su trance. – Espera ¿que?¿conoces a mi hijo?¿sabes donde están sus restos?¿cómo es que...? ¡Julietta! ¿Ella está bien? ¿Está...ella?Mi niña...veo que es cierto...pensé que eran rumores. ¿Dónde está ella, ella tiene a mi Leo? ¿Ha sido ella no?¿Ella vino por él? – dijo con un brillo de esperanza en los ojos que me estrujo el corazón.

–Siento mucho su pérdida Señora Lombardi. Si, ha sido ella, ayer la llamaron para...–

–¿Dónde está?¡Quiero verla! –

–Dormida...Julietta...se descompensó ayer, pero ya esta bien, solo esta descansando...–

–Permíteme verla...por favor. Se que...mi hijo fue un completo bastardo con ella, pero...Yo la llegue a querer como a una hija ¿sabes?. –

–Pase, por favor. – indique.

–Es aún más bonita de lo que recuerdo...– dijo mientras acariciaba su cabello.

–Lo sé, ella es preciosa. –

–Lo siento mucho mi niña, no merecías todo aquello. Perdonalo Julietta, perdonalo para que pueda descansar en paz, perdonalo mi niña...eres tan buena, estás aquí con tu nuevo y apuesto, muy apuesto novio...volviendo por los restos del cabrón más hijo de puta del mundo. Me duele, me duele saber que de mis entrañas salió una mala persona...que lastimo al ser de luz más bello que la vida me pudo conceder. Pero es mi...era mi hijo Julietta y lo amaré hasta el día en que me muera...– dijo sollozando, en verdad parecía avergonzada...le hablaba a Julietta con mucho sentimiento, casi como una madre, a pesar de que estuviera dormida...

–Lo siento, yo...olvidé por un segundo que estabas aquí. –

–Pensé que nadie sabía lo que pasó con...ella no habla de eso con nadie. – solté como vómito verbal, estaba confundido. Se supone que nadie...–Lo siento, lo siento, soy un imprudente, no...no. –

–Leo me lo dijo...hace unas semanas, dice que vio a Julietta...y solo lo confeso, me confesó todo lo que le hizo...¿y sabes que es lo peor? Leo no sentía culpa...solo estaba enojado porque ella siguió con su vida y ya no contestaba sus mensajes...Mi hijo era un monstruo. Una madre no debería pensar esto ¿sabes? pero siento alivio...Julietta nunca sería feliz con mi hijo acechando su felicidad, reviviendo sus fantasmas...me confesó que llevaba semanas hostigandola, con mails, llamadas...quería desestabilizarla...y yo fui una cobarde...no hice nada...está muerto por mi culpa...Julietta está aquí por mi culpa, este estrés lo provoco mi hijo.–

Emociones Silenciadas - Carlos Sainz JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora