21: El Sabor de la Victoria

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Carlos.

Estos días habían sido demasiado, en toda la temporada no había rendido tan bien, era increíble la cantidad de energía que tenía encima, ver los resultados de tanto esfuerzo llenaba mi pecho de orgullo, me lleve los mejores tiempos en las prácticas y la Pole en la qualy...todo estaba saliendo de maravilla y Julietta...ay mi Julietta, nos la habíamos pasado colandonos en las habitaciones de ambos, besandonos a escondidas y riendo como unos críos. No voy a negar que parte de mi desempeño era gracias a ella y ahora tenía un buen sabor de boca, tenía un buen presentimiento sobre la carrera.

–Así que...tu desempeño tiene que ver con cierta castaña ¿o me equivoco cabrón?. – pregunto Checho con sorna.

–A ti que te importa. – contesté burlón.

–Nada...solo es que hace unos meses no podías ni verla, y ahora pareciera que ninguno de los dos quiere separarse del otro...viajan juntos, se quedan juntos, hacen todo juntos ¿ya aceptaras lo que sientes por ella?. –

–Ya lo he hecho "wey"...Julietta me volvió loco desde el primer día, pero...solo. Olvidalo. Me encanta, estoy loco por ella, pero no puedes contarle a nadie o te corto las pelotas. Esto será oficial cuando ella así lo decida ¿entendido?. – repliqué. No sé porqué toda esa información salió tan fácil de mi. Caco me mataría.

–¡Lo sabía!. –

–¿Qué sabías?. – preguntó Charles, quien llegaba junto a Lewis, Russell y Lando.

–De lo obvio ¿no? que Carlos está enamorado de Julietta. – mencionó Lando con sorna.

–Ahhh, eso sí. – soltaron todos al unísono, cosa que genuinamente se sorprendió ¿Qué tan obvia era mi atracción por la castaña?

–Dime algo que no sepa. – contestó Lewis

–¿Listos para la carrera?. – Solté evadiendo el tema, estos chicos podían ser inoportunos a veces.

–No tanto como tú ¿no?. – comentó Charles retador.

Y era lo cierto, nadie estaba más preparado que yo para esa carrera, porque los planes que tenía para mi celebración eran muy prometedores, la sola idea de pensar en cierta castaña formaba una sonrisa en los labios...vaya que disfrutaría esta noche.

*

Julietta

Después de la fiesta de Carlos por su victoria, en la que por alguna razón el piloto me pidió no emborracharnos, nos despedimos de todos y emprendimos nuestro camino

–A mi habitación. – soltó de la nada.

–¿Qué?. –

–A mi habitación, preciosa, quiero que vengas a mi habitación. –

Y así lo hice, no tenía nada de raro, habíamos estado durmiendo juntos estos días, en tanto entramos en esta cerró la puerta y le puso seguro...y no voy a mentir, me emocione en sobremanera al ver cierto brillo en los ojos del piloto. Estuvo en dos segundos frente a mi pequeña anatomía y una sonrisa se apoderó de mis labios en ese preciso instante Carlos me aprisiono contra la pared como ya era costumbre y tomó de manera firme mi quijada y me beso.

Recorría mi piel con sus manos, apenas empezábamos a besarnos, apenas y sentía el toque de sus dedos en mi piel, apenas lo sentía tocarme y yo ya estaba loca de deseo, metió su lengua en mi boca y yo no me negué, era deliciosa la sensación que el piloto provocaba en mí...y quién era yo para negarme. Presa del deseo y guiada por mi ridícula atracción hacia el español, esta vez fui yo, quien al separarnos por falta de oxígeno, se prendió de su cuello como una sanguijuela, rozaba mis dedos por su cuello, mientras esparcía besos húmedos por el mismo y aunque temía no hacer bien mi trabajo, no pare, quería descubrir todo lo que él me hacía sentir y no me negaría a seguir explorando.

Emociones Silenciadas - Carlos Sainz JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora