15: Monza Parte III/III

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Carlos.

Desperté resintiendo cierta calidez. Mi primer recuerdo al despertar fue Julietta, que dormimos abrazados uno al otro ¿donde estaba mi arquitecta?. La cama estaba vacía y yo solo quería verla. Me preguntaba una vez más si Julietta estaba arrepintiéndose...ella nunca quería hablar de lo que estaba pasando entre nosotros y ciertamente yo no quería presionarla con eso. Pero la realidad es que tarde o temprano debíamos hacerlo.

También me daba tiempo de pensar que hacer con lo que sentía con ella...yo no quería solo divertirme y saciar mis deceso, no, yo quería algo más, quería una jodida relación con ella, pero sabía que eso complicaría todo, las palabras de Caco hacían eco en mi memoria ¿dejaría de lado mi carrera por ella?. El tenía razón, la quería lejos precisamente porque no quería distracciones, pero no se sentía como eso, se sentía como algo más.

¿Y si me enamoraba de ella? que haría con aquello, si en este momento me dijeran que Julietta esta en problemas, me perdería la clasificación sin siquiera pensarlo. Ella tenía razón, cuando las cosas salieran mal ¿la culparía?. Aquellas preguntas atormentaban mi mente ¿valdría la pena arriesgarse? y sabía la respuesta, Julietta valía todo el jodido universo, la galaxia, las estrellas, la existencia. No sabía qué hacer con esto...o bueno si. Pero los miedos me atormentaban...y ahí lo supe, era eso, miedo, pero nunca dudas. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la misma mujer que se había colado en mis entrañas.

–Estas son las mañanitas que cantaba el rey David a los pilotos guapos...¡Feliz cumpleaños guapisimo! – canturreo Julietta con un pequeño pastel y unas velitas con mi 55 y un chili ¿de donde saco eso?. – ¡Felices 29!. – dijo eufórica mientras colocaba el pastel en el buró y se lanzaba hacia mis brazos.

Julietta tomó mi rostro entre sus manos y empezó a repartir besos tiernos, para finalmente, dejar un casto beso en mis labios, aquello se sintió tan natural y tan familiar, que me asusto...pero me gusto. Y verla así, despreocupada por mostrar sus emociones, su afecto...esto era real, lo que sentía por ella era jodidamente real y ya no podía hacer nada para evitarlo.

–¡Pide un deseo!. – dijo extendiéndome el pastel entre sus manos. –Pero no lo digas, que no se cumple. – demandó emocionada.

Que seas mi novia, mi novia real.

–¡Listo!. – solté soplando las velitas. – Preciosa, eres increíble. Gracias por esto. – dije tomándola por la cintura para darle un casto beso en los labios.

–Ahora dúchate, tengo planes para ti. Tendremos un delicioso desayuno antes de la clasificación. – dijo devolviéndome el beso mientras se alejaba al closet.

Mientras me duchaba, solo podía pensar que esto era irreal, despertar por ella, con sus detalles, era demasiado bueno, me sentía motivado a llevarme esa Pole este día...por ella. ¿Entonces, cómo podría eso ser malo para mi carrera? Y lo confirme una vez más, pero con más detalles, no existían dudas, solo miedo. Era un miedo latente y sabía porque...había tenido relaciones, si, pero nunca me había enamorado y corría el riesgo de hacerlo con la castaña ¿podría controlar aquello?...

–¡Chili deprisa! Se nos hace tarde. No quiero que Caco se enoje. – grito del otro lado.

Y aquello me estrujo el corazón, odiaba que Julietta se sintiera de esa manera. Caco había sido demasiado duro con ella. Una inseguridad más para ella. No quería eso. Me apresure a terminar con mi aseo. No dejaría esperando a mi arquitecta, ya tendría tiempo para lidiar con mis pensamientos.

–Ya voy preciosa, me estoy poniendo más guapo de lo que ya soy. – dije con sorna.

–Presumido. –

Emociones Silenciadas - Carlos Sainz JrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora