Capitulo 3

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Al despertar al día siguiente, escuché que mi nombre resonaba en la voz de mi mamá, así que con pereza bajé y me dirigí al comedor, donde ella estaba emocionada.

-Mamá, buenos días. -Besa su frente- ¿Por qué traes esa expresión?

-Recuerdas que hoy Levi vendrá a almorzar con nosotras.

-Es cierto. Mamá, ¿puedo hablar contigo?

-Claro, cariño. Dime qué sucede.

-Discúlpame por lo de ayer. Es que, ya sabes, los animales son mi vida, y segundo, no me gusta nada ese individuo. Sé que no lo conozco, pero no me gusta que te exponga al peligro, especialmente de noche.

-Mi amor, soy adulta. Sé cuidarme bien.

-Lo sé, pero tengo miedo de que me quite a mi mamá. -La abraza muy fuerte- Antes jugábamos juntas, ¿te acuerdas? Con papá, jugábamos cartas, ludo y otros juegos de mesa. Íbamos a la playa. Ahora... todo es diferente. Ya no salimos a pasear por las tardes.

-Hange, hay algo que mereces saber, y está relacionado con la separación de tu padre...

-Habla, mamá. ¿Qué pasa con eso?

-Tu padre me fue infiel con otra mujer. Por ese motivo, me separé de él... -Agacha la mirada.

-¿Por qué no me lo dijiste, mamá? -La abraza fuertemente- Ya entiendo por qué estás con el chico. Tranquila, tienes mi apoyo. No me opongo a que estés con él. Sé que es demasiado rápido porque saliste de una relación de años, pero tampoco está prohibido que te vuelvas a enamorar. Solo quiero que esa persona no te lastime. Gracias por tenerme esa confianza. Y dime, traviesa, ¿qué hacían por las noches? -Le hace cosquillas a su mamá.

-Jajaja, hija, hija, jaja, basta, Hange, comportate ya, hija. -Le pellizca la mejilla- ¿Qué quieres saber? No te diré nada.

-Mala. -Toma asiento- Espero que me agrade, de lo contrario lo descartaría para ti.

Al concluir todo, me levanté de la mesa, agradecí por la comida y me dirigí a la cocina para lavar lo que había ensuciado. Me pregunté qué prepararía hoy mamá para el almuerzo. Hoy no hay clases en la universidad; ayer habían enviado un comunicado informando que los maestros tendrían una reunión y que solo los de turno tarde tendrían clases hoy. Como no tengo nada que hacer, ayudaré a mi mamá a preparar el almuerzo. Primero que nada, debo preparar el desayuno para Sawney y Bean.

-Mamá, no cocines nada. Yo me encargaré de preparar todo. Solo dime qué platillo le agrada a tu pareja.

-Él come verduras. Es muy dietético.

-Por eso cambiaste tu alimentación, entiendo. Entonces, me encargaré de preparar algo rico. Te sorprenderé. Así que ve, date un baño, arréglate para él, ponte guapa. Yo estaré aquí en la cocina.

-Gracias, mi niña. Estoy segura de que le gustará tu sazón. Son las 10 de la mañana. Bien, él vendrá a las 12.

-Oh, bien. Entonces me encargaré de preparar algo rico.

Oh no, ya son las 11:30, y yo sin alistarme, huelo a verduras

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Oh no, ya son las 11:30, y yo sin alistarme, huelo a verduras. Salí rápidamente de la cocina y me dirigí a mi habitación, haciendo bastante ruido, tanto que hasta Bean se asustó.

-¡Perdón, Bean! Veamos qué tengo en mi armario. -Reviso toda su ropa- Sí, me colocaré esto. -Saca una toalla y la ropa limpia- Me daré un baño de pocos segundos, supongo.

Al estar tan inmersa en mis pensamientos, no me di cuenta de que ya habían pasado 10 minutos. Mi mamá me había estado llamando a la puerta y yo ni cuenta me di.

-Espera, deja termino de cambiarme.

Vaya, qué despistada soy. Ahora solo falta colocarme mis botines. Me había puesto unos jeans negros, una blusa blanca, zapatillas Converse y ya estaba lista. Me volví a colocar mis lentes, amarré mi cabello y bajé al comedor. Al acercarme, noté cómo mi mamá y, al parecer, su pareja estaban volteados mirando los cuadros que se encontraban colgados en el comedor. Mi mamá medía aproximadamente 1,60, y su pareja era del mismo tamaño. ¡Ja! Ya me di cuenta de que esos rumores de que era un chico joven y apuesto eran falsos. Pero no todo fue así. Hasta que se dio cuenta de que llegué, hay fue cuando me di cuenta de que él era bastante joven. Tenían razón, mi mamá tenía buenos gustos. Qué bueno por ella, al menos se volvió a enamorar. Solo quiero verla feliz.

-Bien, Levi, ella es mi hija Hange. Hange, él es Levi, mi pareja.

-Buenas tardes, Levi, mucho gusto. -Extiende su mano.

-Buenas tardes, Hange. -También extiende su mano y le aprieta la mano.

-Espero que te agrade mi comida. No sé si es de tu gusto. Mamá me comentó que te gustan mucho las verduras, así que es lo que preparé.

-Sí. -Diría cortantemente y agarra un cubierto para darle un bocado a la comida.

Solo espero que no escupa mi comida. Al parecer, la está saboreando. Tiene una cara de querer cagar. Enano de mierda, si no le gusta mi comida, que me lo diga en la cara.

-Sabe bien. -Vuelve a dar otro bocado.

-Muchas gracias. -Juraba que si escupía mi comida, se lo tiraría en la cara-. ¿Usted es doctor, no?

-Sí. Y tú estás estudiando la carrera de Veterinaria.

-Ah, mi mamá te lo dijo. Pues sí, me gustan los animales. -Suspira- Dime las intenciones que tienes con mi madre. -Se pone más seria.

-Bien. -Deja los cubiertos a un lado- Tu madre y yo hemos hecho nuestra relación oficial. No creas que soy esos tipos que solo utilizan a las personas, no, detesto eso. Solo quiero una relación tranquila.

-Está bien, eso espero. Y si veo que mi madre llora, te juro que no me contendré y te diré tus verdades en tu cara. Así soy yo, así que es mejor decir las cosas en la cara.

-Entonces también quiero tener mi privacidad con tu madre. Ya eres mayor, deberías entender eso.

-Está bien, lo admito. Hay cosas que no entendía, pero ya lo pude comprender. Solo te pido eso, Levi.

-Hija, gracias. Bueno, qué bien que aceptaste a Levi.

-Está bien, mamá. Ya me retiro. Necesitan su privacidad. Con permiso.

Quién diría que la hija de Mírian se asemejaba mucho a un personaje de la serie que estaba viendo. Mírian sabía que disfrutaba de ver anime de vez en cuando. No imaginaba que su hija se pareciera tanto; la joven era muy charlatana, y eso me aburría rápidamente. Por eso, le expresé que tenía derecho a mi privacidad con su madre, y ella no dudó en retirarse.

-Tu hija habla demasiado, ciérrale la boca, y si me lo permites, le hago una cirugía para que no hable más.

-Jeje, mi hija es muy habladora. Tranquilo, no volverá a molestar.

-Eso espero, Mírian. -Bebo un poco de té- ¿Puedo conocer más sobre la historia que me contabas ayer, ya sabes, de tu hija y el casi aborto?

-Mamá, voy a salir. Después regreso, no quiero incomodarte, y más ahora que estás con tu amado. -Les coloca la correa a sus mascotas y sale de la casa.

-Ahora, ¿me contarás?

-Ahora, ¿me contarás?

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Pecar por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora