Capitulo 4

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Cuando me reencontré con Nanaba, trajo consigo a dos chicos que no conocía. Parecían mayores que nosotras, quizás unos años mayores, pero aún así me resultaba extraño que Nanaba estuviera charlando con estos desconocidos.

-¡Hola! Nana, ven un momento. -La jalo a un lado y le susurro- ¿Quiénes son?

-Ah, él es Mike y el otro es Erwin. Son conocidos míos. Mike y yo estamos saliendo; lo conocí ayer y me atrae.

-¿En serio? Bueno, y el otro chico.

-Lo traje para ti. -La empuja con su hombro.

-¡No, te has vuelto loca! ¿Sí, definitivamente estás loca?

-Nada que ver. Vamos, conózcanse.

-Pero... -Observo a Erwin y sacudo mi cuerpo- Ok, pero como amigos.

Me acerco al individuo desconocido y solo le quedo mirando. Después intento pronunciar alguna palabra; poco a poco empezamos a charlar y me empieza a agradar. Era un buen tipo.

-Oye, qué divertido sí. Oye, me caes bien, ¿podemos ser amigos?

-¡Listo! Entonces somos amigos. Ah, pero ojo, hay que conocernos más para que nuestra amistad se fortalezca, jaja.

-Por supuesto, bien fue un gusto conocer a tu pretendiente Mike, pero ya debería regresar a mi departamento. El enano se va a molestar si no vigilo su departamento.

-Es verdad, que vives enfrente de su departamento, ¿verdad?

-Sí, por eso mismo, vamos rápido. Bueno, Nanaba y Hange, fue un gusto conocerlas. Nos vemos otro día. Mike, puede llevarlas a mi departamento; con gusto las recibo.

Bien, era el momento de regresar a mi casa, así que me despedí de Nanaba y me fui con mis perros. La tarde fue muy divertida; al menos no me quedé con mi madre y su pareja. Estoy segura de que hubiera estado aburrida.

-Buenas noches, Mamá y Levi. Disculpen si los interrumpí. Voy a mi habitación y no creo que baje a cenar. Mamá, estoy con mucho sueño. Buenas noches.

Subí a mi habitación y dejé a mis mascotas a un lado en mi habitación. Hoy fue un día bastante pesado y un poco divertido. Qué bien que hice nuevos amigos.

-Gua, gua, rrrr. -Empiezan a ladrar.

-Uh, ¿qué pasa, mis amores? Ah, la puerta.

Me acerqué a la puerta y la abrí con mucho cuidado. No había nadie, pero qué raro. Salí de mi habitación y escuché sonidos extraños al lado de mi habitación. Me acerqué por la mirilla y creo que vi mucho. Estaban teniendo... no puede ser. Me retiré rápidamente de ahí, sentí un dolor en mi pecho. ¿Qué fue eso? Ni yo lo sabía, así que volví a encerrarme en mi habitación y decidí acostarme a dormir, no sin antes darles de cenar a mis mascotas y comer algo yo.

-Vengan aquí, mis amores. Duerman con mami. Mañana será un día de fotos.

Los sábados y domingos no estudiaba; solo elegí estudiar de lunes a viernes. De igual manera, ya estaba a punto de terminar mi carrera, cinco años estudiando Veterinaria. Todo este tiempo pude comprender lo importante que era ser veterinaria. Estaba feliz por obtener un logro más en mi vida.

-Mmm... -Se queda dormida

 -Se queda dormida

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