Capitulo 18

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Mi madre, ¿cómo pudo perpetrar eso? En estos momentos, me hallaba con mi semblante bañado en sangre. Ella se acercó a mí y elevó mi mandíbula, obligándome a mirarla.

—Ahora experimentas lo que yo sentí cuando te vi besándote con Levi, ¿crees que soy estúpida? Me arrebataste a mi pareja.

—Nunca te quise, siempre preferí a Hange. Déjala a ella. Maldita desequilibrada, pensé que Hange era tan loca como tú, pero veo que me equivoqué. Tú estás desequilibrada y perturbada –la fulmino con la mirada– Tu hija no es como tú, tú eres una perra.

Mi madre me miró molesta; ese monstruo no podía ser mi progenitora. Ella está muerta para mí; me hizo daño.

—Te odio, ¡te odio! No sabes cómo te haré sufrir.

—Aquí la única que va a sufrir eres tú. Te vas a pudrir en la cárcel, maldita desequilibrada.

Kenny ingresó con individuos armados y ataron a Mírian, quien con mucha molestia tuvo que ceder.

—Tranquila, cúbrete –la desató y le entregó su abrigo–

—Hange –Levi corrió hacia Hange y la abrazó fuertemente– Tu ojo...

Hange, con tristeza, bajó la mirada y se cubrió esa parte de la vista.

—Tranquila, vamos, tenemos que curarte esa herida –la tomó de la mano y la llevó al vehículo de Kenny–

Llegamos a una clínica privada donde recibí excelente atención. Estaba preocupada; no sé si podré eliminar esa escena de mi mente, ver cómo ese individuo lastimaba mi ojo... Maldito, te vas a pudrir en la cárcel; tú también, Mírian.

—Ya estás. Debió ser muy duro para ti, pero eres fuerte y pudiste soportar ese dolor.

Solo bajé mi mirada y tomé el espejo, observando mi rostro; un parche cubría la parte de mi ojo.

Presencié a Levi entrar a la habitación y solicitó al médico que nos dejara a solas. El doctor abandonó la habitación, y él se aproximó a mí con gran seriedad.

—Tu padre está afuera, es crucial que descanses, Hange, cuídate mucho...

—¿Te marcharás? No puedes hacerme eso... –toma sus mejillas, obligándolo a mirarla– Yo te quiero, Levi.

Me quedé sumamente sorprendido al escucharla expresar eso. Tenía razón, no podía alejarme de ella, y si ocurre otro percance como este...

—Entonces ven conmigo, viajemos juntos a Francia.

Sonreí ante su propuesta; si iría con él. Ya no podía separarme de él. Realmente lo quería, y ahora que Mírian no significa nada para él y nunca estuvo embarazada de Levi, podía ser feliz con él.

—Vamos, vamos juntos, Levi. No deseo estar lejos de ti...

Ambos acercaron sus rostros y se sumergieron en un hermoso beso apasionado. Levi la tomó por la mejilla y acarició su rostro suavemente, mientras Hange lo abrazaba por detrás de la nuca, atrayéndolo más hacia ella.

—Ups, parece que irrumpí en algo –Comentó Kuchel, quien llegaba con Kenny. Todos conocían a Kenny y sabían que, en parte, era bastante vulgar al expresarse.

—Bueno, ahora le agarrarás el –Kuchel toma de los cabellos y saca a la habitación.

—Disculpa a mi hermano, Hange. Él es... En resumen, muy soez.

—Eh jeje, lo noté desde el principio –se separa de Levi y se acerca a Kuchel, abrazándola de manera afectuosa– Usted ha sido muy amable conmigo, a pesar de que Levi perdió su empleo por mi culpa.

Pecar por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora