Capitulo 12

41 7 3
                                    

Me desperté muy temprano y me preparé rápidamente, así como acondicioné a mis perros.

¡Ay, ay! Me estaba empezando a doler la cabeza; será mejor que vaya rápido. En todo caso, le llamaré a mi mamá.

-Buenos días, papá. Gracias por recogerme. Es la primera vez que me recoges tan temprano.

-¿Tienes todos los documentos de estudios?

-Sí, me pediste que los trajera conmigo. -Deja a sus dos mascotas en la parte de atrás y se sube al asiento de adelante- ¿Papá, pasa algo?

-Hija, te conseguí un empleo, pero necesitan ver tus documentos certificados de estudio.

Hange, muy emocionada, se lanzó a abrazar a su papá agradeciendo todo. Estaba muy feliz.

-Estoy tan feliz. ¡Papá, al fin podré trabajar como médica cirujana veterinaria! ¡Ah! Vamos, vamos, tengo mucha emoción.

Llegamos a la clínica, era una muy bonita; se notaba que era muy lujosa. Pero aún era temprano, y no había ninguna persona dentro de la clínica. Mi papá y yo ingresamos a la clínica, y una señorita nos atendió, informándonos que el jefe se encontraba justamente en su oficina. Nos guió a su despacho y, con el permiso de él, pasamos. No lo podía creer, ¡era Erwin!

-¿Hange? ¡Vaya alegría verte de nuevo!

-Erwin. Hola, mira, él es mi papá. Papá, él es Erwin, un amigo que conocí gracias a Nana. ¿Tú eres el jefe de esta clínica veterinaria?

-Sí, sé que no nos conocimos mucho. Solo hablamos de cosas que no tenían sentido ese día, y justamente cuando tenía que preguntarte lo que estabas estudiando, tuve que retirarme. Mi amigo que me encargó su departamento se podría molestar, pero bueno, ¿entonces usted es el señor que llamó buscando trabajo para su hija?

-Sí, Hange, muéstrale tus papeles.

Hange sacó un folder lleno de documentos, me los entregó y los invité a sentarse mientras yo revisaba uno por uno con mucha calma.

-Tu amigo debe ser muy gruñón por regañarte por no haber cuidado su departamento.

-No te imaginarás. Es un chico muy renegón y serio -Ordena algunos documentos- Todo está en orden, Hange. Justamente buscamos una cirujana. Me alegra haber podido contactar contigo. Felicidades, estás contratada.

-Muchas gracias, Erwin. Si quiere decir que también te gustan los animales.

-Sí, me gustan. También soy veterinario; me especializo en fisioterapia, pero también estudié administración de empresas. Así que ya sabrás por dónde voy.

-Wow, eres un genio. ¿Esta es tu única clínica?

-No, también tengo dos clínicas más y una empresa de ventas.

Erwin me sorprendía. Era muy trabajador, inteligente y muy apuesto.

-Bueno, ¿desde cuándo empiezo a trabajar?

-Desde hoy. Te felicito, Hange. Este será tu salario semanal: $1761.47 o si yo pago en dólares.

-Muchas gracias a ti, papá. Gracias por ayudarme a conseguir un trabajo. Bueno, yo no puedo vestir así.

-Tranquila, ven. Te acompaño a que te entreguen tu ropa.

 Te acompaño a que te entreguen tu ropa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pecar por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora