Capitulo 16

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Nanaba me aguardaba en el centro comercial; minutos antes, escuché sobre el lamentable incidente: habían disparado a una joven.

-¿Estuviste aquí cuando atacaron a esa chica? -pregunté.

-Sí, vi a Levi y presencié cómo una dama muy hermosa lloraba por la chica, creo que era su hija.

-Mikasa... Era la madre de Levi y Mikasa es su prima, es una lástima -bajé la cabeza tristemente.

-Hange Mike me informó que Levi había comunicado en el grupo con Erwin que se iría a Francia.

Al escuchar esa noticia, mi pecho se sintió extraño, un pinchazo de dolor surgió al oír eso.

-Ya veo... Bueno, espero que sea feliz allá.

Nanaba se detuvo a observarme por unos minutos y soltó un suspiro muy largo.

-Ay Hans, me da tanta pena que vivas engañada todo este tiempo, y más porque estás en una relación de la cual no sientes verdadero amor.

Tenía razón, no quiero a Moblit, pero no podía hacer nada; tenía que empezar a sentir algo por él. Sé que lograré olvidarme de Levi.

-Nanaba, llegué rápidamente, hola Hange. Amor, es arriesgado que estés aquí; no puedes permanecer en este lugar, es muy peligroso para las dos.

-¿Sabías que la prima de Levi fue herida de bala?

-¿Qué? ¿Mikasa? ¡Maldición! En este momento lo llamo. -Saca su teléfono y contacta a Levi, esperando su respuesta.

Mike inicia una conversación telefónica preguntando por el estado de su prima. Mientras tanto, Levi mantenía su mirada fría, como siempre, sin mostrar sus sentimientos débiles, como él solía llamarlos.

-Lo siento, Mike, tengo que cortar; te contacto después. -Cuelga el teléfono y se dirige a una sala para donar sangre para Mikasa.

-Señor, primero que nada, usted no consume drogas ni tiene alguna enfermedad viral, ¿verdad?

-No, ¿por qué?

-Necesitamos realizar análisis para asegurarnos en cualquier caso.

Esperé afuera por un buen rato, y en ese momento llegó Kenny, preocupado, preguntando por el estado de Mikasa.

-Tengo que donar sangre, tranquilo, ya me hicieron los exámenes necesarios.

Un médico se acerca a ellos entregando los resultados.

-Lo siento, señor Ackerman, no podrá donar sangre.

-¿Qué? Eso es imposible. Claro que donaré. No entiendo por qué se me niega.

-Usted utiliza Flunitrazepam, ¿sabe lo que es?

-Claro que sé lo que es, soy médico. ¿Cómo llegó eso a mi cuerpo? No recuerdo nada; nunca me drogué. Ya sé, Mírian... Ella me drogó. Muchas de estas personas suelen administrar estos sedantes. Ya entiendo por qué no recuerdo nada.

-Lo siento, doctor Ackerman. En todo caso, alguien más podría donar sangre.

-Yo donaré. Hijo, todo saldrá bien. -Se somete a análisis de sangre.

-Enano, debemos denunciar a esa mujer. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

-Necesitamos pruebas. No podemos actuar sin más. Maldita...

 Maldita

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