9. Primer día en casa

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Fueron a por el coche para ir a casa de Malú y la que desde ese momento también era la casa de Aina, pero antes de eso Malú ya se encontró con el primer obstáculo: no tenía ninguna sillita infantil en su coche! A pesar de eso, y viendo que no tenía otra opción, colocó la niña en los asientos de atrás bien atada con el cinturón de seguridad y suplicándole que se portara bien.

Una vez en casa, otro obstáculo: la niña no quería entrar. La pequeña le pedía a Malú que la llevara a casa refiriéndose a su antigua casa donde siempre había vivido con sus padres. Malú no sabía muy bien cómo responder ni como tratar a una niña tan pequeña frente a un trauma como es perder a su familia y cambiar radicalmente de vida; de costumbres, de lugares, de gente... La cogió en brazos como pudo mientras Aina lloraba e intentaba escabullirse de ella y entraron en casa.

A: Noooo! No quiedo! Quiedo ir a caza...! (llorando y pataleando)

M: Cariño... esta es tu casa... ahora viviremos aquí... ¿no te gusta?

A: Nooooo yo quiedo mi casa... quiedo a mis padrez... quiedo a papá...

M: Cariño papá no puede venir, se ha tenido que ir muy lejos... (con lágrimas en los ojos ella también)

A: Nooo! Ze ha ido como mamá... también ze ha ido papi...

M: (abraza a la niña) Aina papá te quiere mucho y como se ha tenido que ir, me ha dicho que cuide muy muy muy bien de ti, por eso ahora vivirás aquí... conmigo...

A: Pero yo quiero que vuelva... ¿cuándo volverá?

M: No lo sé cariño, ya lo veremos...


Casa de Malú, por la noche.

Malú ve que son las 10 de la noche y se da cuenta que la niña debería ya de haber cenado.

M: Aina cariño ¿no tienes hambre?

A: No...

M: ¿No quieres comer nada? deberías comer algo... a ver que puedo encontrar en la nevera que te guste... ¿Te gusta la ensalada?

A: No ze... ¿Qué ez?

M: Mmmm... vale pues mejor ¿te gustan los macarrones?

A: ¡Zi! ¡Me encantan!

M: ¡Bieeen! pues voy a hacer unos macarrones para cenar las dos, que tienes que comer para hacerte grande y fuerte.

A: ¿Y guapa como tú?

M: ¡Más guapa que yo! (le da un beso y empieza a cocinar)

Malú se da cuenta que Aina se está quedando frita en una silla mientras que se hace la cena y le da muchísima ternura a la vez que la hace sentir culpable por no haber pensado en darle de cenar antes.

M: Cariño no te duermas porfi que ahora comemos unos pocos macarrones y a dormir ¿vale?

A: Tengo zueño... no tengo hambre...

M: Mira los macarrones ya están listos, comemos unos cuantos para que luego no tengas hambre y te despiertes en la noche, y te llevo a tu nueva habitación a dormir.

A: Vale... (está zombi jeje)

Malú le pone un plato pequeño delante la niña y le va dando de comer mientras le cuenta cualquier cosa que se le pasa por la cabeza para evitar que la pequeña se le duerma mientras come. Una vez termina su plato lo pone en el lavavajillas y cuando se gira hacia la niña de nuevo, se la encuentra dormida con la cabeza encima de la mesa.

M: Vaya... ¿y ahora qué hago? ¿la despierto...? Mmm... mejor la cojo en brazos y me la llevo a su cama, a ver si consigo que no se despierte.

Malú coge a la pequeña en brazos con sumo cuidado para no despertarla y la lleva a la habitación de invitados y la acuesta en la que es su nueva cama. La niña ni se inmuta, está exhausta con todo el ajetreo de día que ha tenido hoy.

Superando dificultades [PARADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora