As If It's Your Last - Dahmo

chapter I

—Momo... Por favor, sal de ahí. Te perderás del partido de americano.

—Si quieres ve tú, Nayeon. Creo que me quedaré aquí.— dije, sentándome en el inodoro.

—¿Es por lo de Sana?

—No la menciones, te lo agradecería.

—Lo siento. Pero no puedes ponerte así cada que la veas, has esperado más que nadie este partido como para que al final no vengas.

—Vete tu a verlo, yo te hablo cuando esté mejor.

—Está bien... Háblame si necesitas algo, iré con Jeongyeon a ver el partido.

Escuché la puerta del baño cerrarse. Recargue mi cabeza en mis manos. Odiaba sentirme así, pero no podía dejar ese sentimiento.

Era la quinta vez en la semana que las veía juntas y solo no podía evitar llorar del coraje. Coraje de que yo me hundía cada vez más y ella disfrutaba su vida perfecta y privilegiada.

Miré la hora en mi celular, faltaban unos diez minutos para que el partido comenzara. Reuní valor y salí del baño dispuesta a dejar de llorar por Sana.

Me limpie la cara y acomodé mi uniforme, jugaba con mis dedos mientras rezaba para no encontrarme con ella.

Al estar afuera de la escuela, corrí lo más rápido que pude y visualice a Nayeon y Jeongyeon sentadas en las gradas. Caminé rápidamente hacia ellas y me miraron sorprendidas.

—Te animaste a salir...

—No dejaré que alguien arruiné mi día más esperado.— mencioné sentándome.

—Lo diste todo.— me animó Jeongyeon con una sonrisa.

Todo iba tan bien hasta que las ví llegar a ellas. Ignore la mirada espeluznante de Tzuyu y voltee hacia el equipo de mi escuela.

Desde hace un mes anunciaron que jugarían contra una escuela del sur del país, el equipo ganador iría de viaje para competir con más equipos del norte.

Claramente estaba emocionada, porque mi primo era uno de los jugadores y me había prometido traerme algo si es que ganaban.

Vi a las animadoras al lado de las gradas, entre ellas, Sana. Siempre quise entrar al equipo de porristas, pero al final terminé desechando esa idea.

El partido comenzó y todos gritábamos emocionados. Veía a la gente de las gradas contrarias, el equipo contrario a mi escuela.

Dicen que los del sur son más pesados. Ignore ese pensamiento cuando sentí una potente mirada en mi nuca. Imaginé quien era, así que solo tomé la mano de Jeongyeon y esta de inmediato se dio cuenta.

Le susurró algo a Nayeon, así que desvié la mirada.

Las porristas empezaron a hacer su animación. Intenté no mirar a Sana y solo concentrarme en el partido y como iba mi equipo.

En un momento, Jeongyeon se separó de nosotras y la ví bajar de las gradas. Nayeon me tomó la mano y me miró expectante.

Llegó el momento de tensión en el que nuestro equipo iba a ganar, Nayeon y yo nos paramos y aplaudimos mientras los demás abucheaban.

Al finalizar el partido, buscamos a Jeongyeon para irnos y la encontramos en el salón alistando nuestras cosas.

Le contamos que ganamos y que mi primo nos traería cosas a las tres. Después de eso, nos fuimos a casa de Nayeon.

Creo que después de todo, aún hay gente que me ama así como no lo hizo ella.

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