Entramos, el lugar estaba oscuro, pero se veían unas luces de colores iluminando la zona, había personas bailando al ritmo de la música, pude apreciar que se trataba de salsa, merengue o algo por el estilo, es cierto que antes no sabía ni papa de bailes, pero desde que empecé a bailar con Aslan, me interesé por aquel mundo y al mismo tiempo que ensayaba tango, tenía el momento de descanso, iba viendo otras modalidades de baile.
— ¡¿Dónde vamos a comer?! —Dijo Arlet acercándose a mi para decírmelo al oído ya que con la música por más que gritaras por encima de esta no llegábamos a escuchar nada.
—¡No sé, Aslan es quien nos trajo aquí! —Dije en el mismo tono de ella.
Aslan miraba alucinado a las personas que estaban en medio de la pista bailando, de repente una joven mulata agarró a Aslan de la mano y lo condujo hacia el centro de la pista y se puso a bailar con él.
Los miré achicando los ojos, observando aquella escena, me crucé de brazos por encima de mi pecho y los miré con cara de pocos amigos. Al ver bailar a Aslan me quede estupefacta, ¡Este chico, sabia bailar de todo!
—Dunia se acercó a mí y habló cerca para que pudiera escucharla. —No te preocupes, él no va a hacer nada, así que relaja tu expresión de celosa y déjate llevar, por cierto, prepara las manos que allí viene alguien.
Dicho esto, se apartó de mi lado, observé donde ella se iba y un joven me agarro del brazo y me sacó a bailar, miré a Dunia como pidiéndole auxilio con los ojos, pero ella pasó olímpicamente de mí y se dirigió junto a mi hermana.
En el centro de la pista el hombre agarró mis manos para comenzar a bailar, el hizo un gesto con la pierna izquierda y se lo seguí, después con la derecha y así sucesivamente, cuando el hombre vio que había pillado el paso, lo único que hizo fue agarrarme por la cintura pegándome a él, para movernos, me dejé llevar. Me quedaba asombrada de cómo estaba bailado este baile sin ensayarlo. Dando vueltas por la pista Aslan me observó mientras bailaba con la mulata, subí la cabeza y agarré más al hombre dejándome llevar por sus pasos, me sentía libre, era como si pudiera volar. El hombre comenzó a darme vueltas y a darse cuenta de cómo nos matábamos con la mirada Aslan y yo, le hizo un gesto a la chica que bailaba con él, para después acercarnos hacia ellos y hacer un cambio de parejas, la chica agarró al hombre, Aslan me agarró a mí por la mano, para después darme una vuelta y pegarme a él, pero antes de que empezáramos a bailar la música terminó.
—¿Dónde vamos a comer? —me acerqué a él susurrándole al oído.
—Pasamos el salón y detrás hay un bar donde podemos comer. —Dijo en el mismo tono de voz que el mío, pero al susurrar en mi oído se me erizó el vello.
Me acerqué a donde estaban ellas con Aslan detrás agarrado a mi mano y le dije que nos siguieran.
Salimos de allí en fila india; mi mano estaba agarrada a la de Aslan que era el primero en andar, después agarraba la mano de mi hermana y está la de Dunia para salir sin quedar rezagados.
Cuando pudimos esquivar a las personas que bailaban y hacernos espacio entre la multitud salimos al restaurante.
Era un bar donde podíamos escoger lo que quisiéramos, era un buffet libre. Pero había comida latina.
Era la primera vez en España que veía un lugar así.
Nos sentamos en una mesa después de coger la bandeja para comer y cuando teníamos en nuestros platos lo que íbamos a ingerir nos pusimos a comer.
Como ya habíamos pagado cuando cogimos la bandeja para coger lo que quisiéramos, al terminar de comer nos fuimos saliendo por la puerta de atrás, por la zona del bar así no tendríamos lo mismo que habíamos tenido horas atrás cuando nos sacaron a bailar.
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El Tango (Reescrita)
RomanceAltair se ha criado con sus abuelos desde que tenía diez años. En su cumpleaños número dieciocho los padres optan por ir a por ella, para recuperar el tiempo perdido, o eso es lo que ellos dicen. Desde que se fue de su casa, le ha pasado de todo...