Al día siguiente llegue al trabajo cual panda, las manchas negras debajo de mis ojos eran notorias por lo que demostraban que no había pegado ojo en toda la noche, a eso súmale el hecho de estar cansada y no rendir bien, mas el dolor de cabeza que tenia en toda la zona de la frente, que no fue suficiente con una pastilla. Antes de entrar suspiré y conseguí poner la mejor de mis sonrisas para que nadie me preguntara, no me gustaba mucho dar detalles de lo que me pasaba, solo a personas de mi entorno.
Saludé con una sonrisa de oreja a oreja, dándole los buenos días a todos los presentes y me dirigí hacia mi despacho en el cual me esperaba Dunia con un montón de papeles sobre la mesa.
—Buenos días
Este levantó la mirada y se quedó observándome.
—Creo que alguien no durmió bien ¿Qué te ocurre?
—Estamos jodidos, me ha llamado un numero oculto amenazándome, seguro serán mis padres —suspiré dejándome caer en la silla.
—Vaya, no van a parar.
—No, estoy dándole vueltas a la cabeza, por que esa persona me dijo que Aslan escapó de Turquía por que estafó a una academia de baile y le metieron entre rejas.
—¿Piensas que Aslan ha tenido que ver con eso? —preguntó enarcando una ceja y al mismo tiempo cruzando los brazos.
—No sé, no creo que él haya hecho eso.
—¡Pues claro que no! —dijo moviendo los brazos. —Es muy buena persona, y no fue por eso, seguro que él te contó el porqué.
—Claro, pero tengo la cabeza echa un lio, desde que mis supuestos padres me arrancaron de los brazos de mi abuela, toda mi vida ha cambiado, y claro con ello sus consecuencias. Estoy cansada, quiero ser feliz, no quiero que me molesten más, vivir mi vida bien, quiero cerrar los ojos y cuando despierte que todo esto haya sido una pesadilla, ojalá que nunca me hubieran sacado de ahí. Seguro que si estuviera como antes no me pasarían estas cosas, organizando fiestas en los pueblos cercanos y poco más.
—Bueno, tienes que verle la parte buena, gracias a todo esto, son aprendizajes que te ha dado la vida, has podido enfrentarte a tus padres, has conocido el amor de tu vida, a una buena amiga —dice señalándose con una sonrisa— todo esto es lo que te ayuda a madurar, te va a ayudar a tirar para adelante, sin importa lo que pase a tu alrededor. —Dijo apretándome el brazo a modo cariñoso, acto seguido la abracé. Es uno de mis pilares fundamentales, con ella podía expresarme y demostrarle tal cual soy, me conocía con solo mirarme y eso que nos conocíamos poco.
Nos separamos y seguimos con nuestro trabajo, puse la cámara en el ordenador para ver las fotos que había hecho en la pedida de mano, todas estaban bonitas, así que les hice unos retoques; mas bien eran de luz, sombras y poco más, no quise tocarlas mucho por que estaban bonitas tal y como eran, se podía apreciar el amor que se tenían, como se complementaban el uno con el otro, era unas imágenes preciosas, cuando ya estaban retocadas las imprimí, y cuando las tenia impresas empecé a colocarlas, puse las fotos que se podía ver la sinceridad, el amor y la lealtad que ambos procesaban. Cuando terminé se las mostré a Dunia, cuando las vio se quedó alucinada.
—Wao son preciosas, muestran el amor verdadero. —Sonrió mirando las fotos. —Cuando le pida a tu hermana la mano tienes que echarme las fotos.
—Eso está hecho.
Seguí con mi trabajo y me puse a contactar con la pareja para decirle que su álbum ya estaba terminado, que podían pasar cuando quisieran, me dijeron que luego pasarían ya que estaban cerca del trabajo.
Nos fuimos Dunia y yo a tomarnos algo, era nuestra media hora de descanso así que nos fuimos a comer. Fuimos al mismo restaurante de siempre, y como el chico ya nos conocía nos sirvió lo de siempre, nos pusimos a comer. Hablábamos de todo un poco sin mencionar lo de la persona desconocida. Al terminar volvimos al trabajo, en la sala de espera nos esperaba la pareja de la pedida de mano, al entrar los saludamos, los invitamos a pasar, para después traerle la caja de color dorada, con sus nombres en la parte delantera, cuando la abrieron y vieron el álbum lleno de recuerdos y de ese día tan inolvidable, nos dieron la enhorabuena por el trabajo realizado, nos despedimos y se fueron super contentos, eso era lo que mas me alegraba, que la gente se fuera contenta con nuestros servicios.
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El Tango (Reescrita)
RomanceAltair se ha criado con sus abuelos desde que tenía diez años. En su cumpleaños número dieciocho los padres optan por ir a por ella, para recuperar el tiempo perdido, o eso es lo que ellos dicen. Desde que se fue de su casa, le ha pasado de todo...