Epílogo

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Había pasado un año desde que mi vida había sido un desastre con el tema de mis padres, a ellos ya se le había acabado la condena y no podían vernos a menos de doscientos metros, de vez en cuando veía a mis padres deambulando por mi trabajo cosa que no les prestaba atención decía que no los conocía. Con el dinero que nos tuvieron que indemnizar mi hermana montó su tienda de diseño, la cual hacia prendas y al mismo tiempo diseñaba joyas, le estaba yendo muy bien ya que dio el bombazo cuando salió, personas con gran poder adquisitivo iban a comprarle, lo que hizo que poco a poco la expandiera.

Con el dinero que a mí me dieron monté mi propia empresa de organización de eventos más fotografía, por lo que Dunia se asoció conmigo y la empresa de ella también estaba asociada conmigo, nos habíamos expandido como la espuma.

Aslan había conseguido ser el jefe de la academia de baile ya que la persona que lo llevaba se había jubilado y se lo había dejado a él.

Toda nuestra vida había cambiado a mejor, y nuestros padres querían acercarse a nosotras para pedirnos perdón, ya que ellos estaban arruinados y mi hermana y yo estábamos en la cúspide de nuestro sueño, ella me pedía que organizara alguna de sus campañas como la que me encontraba organizando hoy, era una campaña en la que presentaría su nueva colección, así que me encargue de todo en compañía de Dunia.

Estábamos en el lugar en el cual se haría el evento organizándolo como solo nosotras sabíamos hacerlo, estábamos preparadas para todo. Y había mucha gente importante que podría beneficiar a mi hermana con su empresa.

—Esos focos que iluminen más el escenario por donde pasaran las modelos. —Dije a uno de los técnicos de sonido que había contratado.

Este siguió mis indicaciones y le levanté el dedo pulgar en aceptación.

—Altair, tienes que venir un momento conmigo.

—¿Qué pasa con esto? No puedo dejarlo así.

—Tenemos a mi tío que estará pendiente de todo y cada uno de los detalles. No te preocupes llegaremos antes de que el desfile comience, además el desfile es por la noche a partir de las diez y son —sacó su móvil del bolsillo y miró la hora —Son las cuatro de la tarde, tienes tiempo.

—Espero que estemos antes de la hora aquí, quiero ver que todo esto salga bien.

—No te preocupes.

Literalmente tiró de mi brazo haciendo que anduviera a pasos rápidos por no decir corriendo, parecía un pelele.

—Dunia, no puedo correr tanto.

—tranquila, nos vas a correr nos vamos en coche.

Llegamos a su coche y nos montamos en este, arrancó.

—¿Dónde vamos?

—Es una sorpresa.

Me quedé callada mirando por la ventana del coche y veía como nos íbamos alejando cada vez más del sitio, poco a poco nos fuimos adentrando al monte.

—¿Dónde vamos? —volví a preguntar al ver que este lugar no lo conocía de nada

—Te lo vuelvo a repetir, es una sorpresa la cual te va a encantar.

Paró el coche en medio de la nada donde no había nada a izquierda y derecha, solo veía árboles y naturaleza.

—¿Y esto?

—Aún no hemos llegado —con un ágil movimiento me tapó los ojos con un trapo.

—¡No veo nada Dunia! ¡quítame esto de los ojos! —Dije exasperada.

El Tango (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora