El Tango (Reescrita)

Capítulo 29

Había vuelto a mi vida normal, volví a trabajar en la empresa con Dunia, y seguíamos preparando cosas mano a mano. Antes nos arreglábamos por internet tenía que ir a la biblioteca para poder pillar internet, por que estaban cambiando la fibra y mi abuela se quedó por un tiempo sin línea ni servicio, así que tenía que andar mínimo media hora para llegar a la biblioteca para así poder seguir con el trabajo.

Llegué a la empresa y saludé a todos los compañeros que había presentes, algunos me miraron con caras extrañas, otros ni se dieron cuenta de mi presencia y alguno de ellos se dedicaban a cuchichear sobre mi llegada, pero verdaderamente me da igual, Dunia era la que sabia el motivo de mi ausencia, y su tío también. Eran los únicos que me importaban por que son mis jefes, y mientras ellos lo supieran el resto me daba completamente igual.

Toque tres veces a la puerta y un pase se escuchó, entre con una sonrisa de oreja a oreja al encontrarme a la morena buscando alguna cosa por el ordenador y la mesa llena de papeles.

—Dichos los ojos —bromeó.

—Las cosas buenas se hacen esperar —le guiñé el ojo para después reír.

—¿Qué tal la vuelta?

—Bueno, algunos miraban, otros ni se habían inmutado con mi presencia y el resto cuchicheaba. —Me encogí de hombros en respuesta.

—Ellos son así. —Quitó importancia al asunto.

Me estuvo explicando que era lo que teníamos que hacer, cuál era el próximo evento. También me explicó que habían cambiado algunas cosas con respecto a las aplicaciones de diseño, y aunque todo lo veía igual, era cierto que habían cambiado algunas cosas, ahora era como que estaba más organizado, me dio algunas pautas a seguir y lo hice tal cual las indicaciones que ella me ofreció. Cada dos por tres le iba enseñando lo que iba haciendo para que me diera el visto bueno, ella asentía con la cabeza o simplemente me decía si había que cambiar algo o no.

El volver a este lugar me hacía recordar que había vuelto a mi sitio, que había vuelto a ser yo, era como empezar de nuevo en el punto de partida, sentía que me había quitado un peso de encima, tantas cosas abrumadoras habían pasado a lo largo de mi vida que ya no sabía que más podría llegar a vivir, pero gracias a todo esto me he vuelto mas fuerte.

Llegó la hora del descanso y fuimos a tomar algo a la cafetería, nos sentamos en la mesa de siempre. El camarero vino nos tomó nota y con las mismas se fue para prepararlo. Al poco tiempo volvió con lo que habíamos ordenado, le dimos las gracias y comenzamos a tomárnoslo al mismo tiempo hablábamos de todo lo que habíamos vivido, ella también lo había vivido conmigo. A pesar de ser un desastre mi vida había permanecido a mi lado en todo momento. Hacia honor a la palabra Amiga. Y me sentía tan orgullosa y agradecida de que nos encontráramos en aquel avión. Desde que ella apareció en mi vida todo fue mas llevadero. Tenia una amiga, cosa que nunca había tenido, ya que por ser de pueblo nadie quería acercarse a mí. En aquel momento yo era mas masculina, pero me daba igual, era feliz subiéndome a los árboles.

Nuestro descanso acabó y nos fuimos a seguir trabajando, teníamos; dos despedidas de soltera, una boda, tres comuniones y una fiesta de quince años, esta ultima era la primera vez que nos la habían pedido, pues era mas habitual hacerla en países latinoamericanos o sudamericanos.

Dunia me contó que se había documentado bien para poder llevar a cabo esa fiesta, al final está salió bien. Todos los presentes quedaron satisfechos de cómo se veía la fiesta, la cumpleañera acabó encantada por lo que nos quitábamos un evento de encima, lo teníamos que archivar en la carpeta de eventos realizados. Debería a ver una carpeta que dijera: Eventos que son todo un éxito. Todos ellos nos salían mejor que el anterior, se notaba que habían cogido mucha fuerza y siempre teníamos eventos que preparar.