Fiestas y confesiones

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Estaba erizada, mis ojos no se apartaban de Santiago, estaba confundido, solo veía a Rebeca, con sus brazos cruzados y su sonrisa egocéntrica de victoria.

-¿De qué no me debo enterar?- Repitió Santiago confundido 

-De nada Santi, queríamos hacer una fiesta sorpresa en tú casa, pero llegaste , que lastima-  Terminó Rebeca haciéndole un puchero a Santiago y acercándose apoyándose en su hombro  

¡Maldita! volteé y vi la cara de Angela y Alejandro, ambos confundidos,  Santiago quitó los brazos de Rebeca y se acercó a mí 

-¿Eso es cierto mí amor?- Preguntó Santiago cerca de mis labios, dejando que sus ojos perforaran los míos

Dirigí mi mirada a Rebeca que levantaba sus manos en señal "Ya lo que hagas es cosa tuya", me estremecí y vi sus ojos de nuevo, acaricié su mejilla y rocé sus labios 

-Si mi amor- respondí destrozada por dentro , observe a Rebeca mientras  abrazaba a Santiago, ella hacía señas "Bravo hermanita" 

-Bueno me retiro, tengo clase- Anunció Rebeca, acercándose a Santiago y dándole un beso en su mejilla -Adiós hermanita- y me dio un beso en la mejilla también - Y adiós chicos - finalizó caminando por el pasillo 

-Bueno entonces nos vamos- dijo Angela despidiéndose de Santiago y yo tomando a Alejandro y llevándoselo lejos 

-Entonces ¿Una fiesta?- preguntó Santiago sonriente.

-Pues si mi amor, pero arruinaste la sorpresa- respondí dejando mi mano acariciar su mejilla

Santiago cerró los ojos haciendo notar que le gustaba mi contacto, no pude evitar sonreír, el tomó su mano y la puso sobre la mía dejándose llevar, me tomó por sorpresa cuando su mano se postro en mi cintura y me acercó a él, besándome intensamente, haciendo que me mano se deslizara a su cabello y lo jalara un poco al morderlo.

-A clases mí amor- le sonreí y me fui guiñándole el ojo, dándome una sonrisa picara complementada por su cabello alborotado 

Salí temprano de clases y me vi en la obligación de ir a la casa de Santiago y organizar todo para la supuesta fiesta, su casa siempre había sido gigante, ya que era una mansión, había comprado muchas cervezas vasos, puesto a funcionar todas las luces y muchas esferas para ocupar todo el espacio, Angela había colaborado en la organización y el descargar música. Ya a las 9:00 pm estaba todo listo y al ser viernes era la hora perfecta para comenzarla, estábamos cansadas y tiradas en una escalera viendo a todo el mundo divertirse y bailar mientras que bebían

-¡Que día!-  dijo Angela suspirando

-Concuerdo- Admití cansada 

Nuestra conversación acabó cuando un chico, bastante guapo, sacó a Angela a bailar "Si tu no estás" no se negó por que amaba esa canción pero antes de irse me dio una mirada de " lo siento" y yo le correspondí con una sonrisa de "Tranquila ve y diviértete".

Había pasado lento el tiempo, cada vez que le daba una mirada rápida a toda la gente bailando los veía igual de activos que hace 10 minutos. Mi vista se concentró en Alejandro que se acercaba con dos vasos de cerveza y se sentó a mi lado

-Por la mejor organizadora de fiestas universitarias- dijo dándome un vaso y chocando el suyo con el mío 

-¿Como puedes estar tan tranquilo luego de lo que pasó? -Pregunté dándole un largo sorbo a la cerveza fría 

-Estoy normal porque no me arrepiento de lo que hice- dijo con un tono de voz serio 

No pude evitar sonrojarme ¿POR QUE ME SONROJO POR MÍ EX? cuando Alejandro notó mi rubor soltó una sonrisa que sabía que me gustaba la sonrisa de "Amo ser el motivo de tu sonrisa" borré mi sonrisa de mí rostro y vi sus labios, estaban mas definidos y mas carnosos, tome mi dedo y delinee su contorno, como lo hacía cuando aún eramos novios, Alejandro solo se mantenía quieto, perplejo por mi manera de afecto.

-¿Sabes que aún yo no te dejo de amar? ¿Que sigues siendo lo mejor que me pasó?- me susurraba Alejandro acercándose mas a mi lado y mirándome fijamente mientras su mano rozaba con suavidad mí mejilla.

No podía dejar de mirar sus labios, y en un impulso involuntario ya mis labios hacían contacto con el, pero ya no lo podía detener, me dejé llevar por sus labios, Santiago... me separé y respiré con dificultad

-Yo no puedo, Alejandro- le dije cerca de sus labios jadeando

-Si puedes, me besaste- dijo sonriendo 

Lo miré con pudor y este entendió mí sensación, dejé caer mi vaso de cerveza al notar que ya estaba tomando mis manos y besándome con fuerza y posesión, deje que mis manos se colocaran en su cuello haciendo mas presión al beso

-¿Esto es lo que no querías decirme?- Dijo Santiago con voz apagada 



     

Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora