Una llamada, una emoción

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Mí inseguridad prevaleció después de hacerme la primera prueba, es decir, era la única prueba que tenía la farmacia, no debe ser totalmente cierta, así que decidí ir a una clínica y que me hicieran la mas rápida y precisa prueba.

-¿Prueba de embarazo?- Me preguntó la enfermera asombrada, supongo que era por mí edad o algo así

-Si- respondí indiferente a su reacción- ¿Cuando me entregarían los resultados?

-Depende del tipo análisis

-Solo lleveme al más rápido y preciso análisis que se haga en esta clínica- dije con rapidez 

La enfermera me guió a una habitación  ahí hice todo lo que un grupo de médicos me indicaban.

-Los resultados los entregan mañana- Le anuncié a Angela mientras acomodaba mi celular en mí bolso

-Pues aquí entre nosotras, yo no creo que estés embarazada.

-Ni yo, pero en verdad espero que esa prueba sea negativa, es decir, aún no, se que cumpliré 23 el otro mes y posiblemente me crea un poco más mayor, pero quiero disfrutar más mí vida antes de dar ese paso.- Solté un suspiro- Pero no te niego que mas de una vez he pensado en Santiago y yo viendo crecer a un niño, o niña- Solté una sonrisa- Que tengan sus ojos y tal vez mí nariz, los lunares de su padre- Volví a suspirar mientras dirigía la mirada a la ausencia de mí anillo en mí mano. 

-¿Qué le pasó a tú anillo?- Preguntó Angela tomando mí mano con curiosidad

-Lo tengo colgado en mí cuello, ¿Recuerdas? Estoy divorciada

Angela empezó a reírse de mí anterior comentario, la gente la veía raro y no me sorprende ya que ademas de escandalosa su risa era contagiosa 

-¿Tú de verdad te creíste eso?- Dijo entre jadeos- Lucía, eso no era de verdad, yo hice el documento, y eso aún no termino mi especialización en abogada penal- Dijo mas calmada

Mí buen humor se había esfumado, y mis lagrimas en cuestión de segundos empezaron a caer- Santiago es un maldito- Dije mientras una sonrisa se formaba en mis labios 

-Me sorprende que creyeras que un lobo pueda estar sin su luna- Angela me guiñó el ojo y le hizo la seña a un taxi, como de costumbre paraba mas de un por el atractivo físico de mí mejor amiga

En todo el trayecto no dije nada, conocía bien la incomodidad de Angela esperando una respuesta donde no la hay y la verdad en momentos así agradezco no haber traído mi auto porque estaba demasiado distraída. Al llegar lo primero que hice fue ir a mí cuarto esperando ver a Santiago al lado del ramo de rosas que siempre me traía cuando hacía viajes o algo parecido, pero no había nada, ni nadie.

-Santiago aún no llega- Le dije a Angela preocupada- Ya son las 7 se supone que llegara a las 5 y no me contesta el maldito teléfono

-Tal vez aplazó su día de vuelta

-El nunca aplaza sus viajes, y los tipos con los que está no es que les guste perder el tiempo, los conozco vale oro un minuto con ellos.

Angela  solo presenciaba mi silencio combinado con desespero, el sonido de mí celular interrumpió por un momento mis emociones

-¿Diga?

-Hey Lucía- Me saludó una voz que duré en reconocer

-¿Lucas?- Pregunté confundida

-El mismo, tengo que decirte algo- Me dijo aplicándole un poco mas de seriedad a su voz

-¿Qué pasó?- Pregunté aún mas confundida

-Santiago se accidentó, estamos en el hospital- Me dijo a quemarropa 

Y ahí en tan solo segundos mí corazón se había acelerado y Angela solo trataba de descifrar mí expresión buscando alguna respuesta en ella 

Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora