Cena

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Habían pasado semanas ya y las terapias de Santiago iban cada vez mejor, el me decía que ya no le dolía nada, aunque yo preferí que siguieran las terapias para no dejar ningún daño sin reparar, hoy era su ultima terapia y yo acababa de salir del baño, me puse lo interior en el baño y aprovechando que Santiago dormía me cambié con libertad, maldije en silencio cuando unas manos frías a mi espalda acariciaban mi abdomen 

-No me dejas ni siquiera cambiar- Susurré levantando mí cabeza

El no respondió y con su nariz rozaba mí cuello, protesté dentro de mí cuando solté un diminuto gemido involuntario ¿Por qué mí cuerpo tiene que ser tan débil?, podía sentir la sonrisa de Santiago a mis espaldas

-Santiago, ya- Jadeé 

Cuando dije esto el empezó a jugar con las tiras de mí brassier con los dientes y alcé la cabeza con los ojos cerrados deseando que siguiera pero mi petición no fue escuchada cuando el se quitó lo volteé a ver y tenía una sonrisa de satisfacción, eso era lo que quería ese maldito, encenderme para luego apagarme a pesar de eso no pude evitar reír y no tuve mas opción que seguir cambiándome y tratar de ignorar su mirada que me seguía a cada parte que me movía 

-Deberías irte a bañar, es hoy la ultima cita- Le dije mientras abotonaba mi blusa 

El asintió aunque reprochó antes de levantarse, cuando entró al baño me sentí con la libertad de terminar de arreglar, me miré al espejo y sacudí un poco mí falda gris que combinaba con mi blusa de lineas como azul oscuro, la remangué me acomodé un poco el cabello haciéndome una cola de caballo, y me hice unos rizos en las puntas con los dedos, me senté en la silla al lado de la mesa de noche y empecé a tomar el café mientras veía un poco de televisión.

-Estás demasiado guapa como para una cita de terapias- Comentó Santiago mientras sacudía su cabello 

-No es cualquier terapia- respondí dejando el café en la mesita de noche- Es tú ultima terapia

Me tomé el atrevimiento de darle una larga mirada al cuerpo de mí esposo, no se le veían las cicatrices solo una por su costilla derecha pero era pequeña, no me cansaba de verlo de esa manera, su cabello mojado y alborotado, la verdad admití dentro de mí que esto era mucho mejor que las películas francesas 

El se dio cuenta de mí análisis corporal y se rió yo le correspondí también continué bebiendo mí café y aproveché para revisar el teléfono tenía un mensaje de Lucas

"Buenos días a mí cuñada preferida Jajajajajaja, hoy es la ultima cita de Santiago ¿Cierto?, bueno Angela y yo pues le estamos organizando una pequeña reunión, un almuerzo especial entonces por favor llévalo a nuestra casa como a las 12:00 pm ¿Vale?, nos vemos, te quiero"

Volví a leer la parte que decía: Angela y yo y me reí le contesté que ahí estaríamos y guarde el teléfono, ya Santiago estaba listo así que me levanté estiré mí falda y apreté un poco mi tacón ya que lo sentía grande y cuando volteé a ver a Santiago estaba hipnotizado en mí graciosa escena, no pude evitar reír a carcajadas

-Mejor vamos mí amor- le dije entre risas 

Yo esperaba en un rincón del consultorio mientras veía una revista de como cuidar tu salud levanté la vista y sonreí al ver como Santiago ya se veía muchísimo mejor físicamente el doctor en la consulta pasada había dicho que ya estaba muy cerca de recuperar toda su fuerza nuevamente 

-Bueno señor Santiago hemos terminado- Comentó el doctor mientras terminaba de escribir en un papel la garantía de las terapias y los resultados 

-Gracias a usted doctor- Respondió amablemente mientras le daba la mano- Que esté bien- Le respondí con una sonrisa 

Ambos salimos tomados de la mano y nos dirijiamos al parqueadero nos montamos en el auto y Santiago se relajó notablemente en el sillón, mire la hora y eran las 11:30 am así que me dirijí a la casa de los hermanos Crouse 

-A donde vamos?- Preguntó mí esposo confundido

-A una reunión- respondí brevemente 

El no dijo nada y yo agradecí su silencio, cuando íbamos llegando el suspiró y al parecer ya se esperaba algo así, yo lo miré de reojo y continué esta vez fui yo la que suspiró cuando vi autos de mas en el lugar para estacionar, Santiago también abrió los ojos cuando vio los autos 

-Tú sabías que ellos?- Me preguntó sorprendido 

Yo negué inmediatamente y nos estacionamos en el lugar que estaba libre, me bajé y antes de entrar a la casa tomé un gran respiro, mí esposo al ver mí nerviosismo me tomó la mano y me brindó una sonrisa yo le correspondí y entramos a la casa. 

Lo primero que vi fue todo muy curiosamente decorado, habían globos y música aunque el volumen estaba bajo, olía muy bien, pero no había nadie, entonces estaban el comedor. 

-Lucía- Me recibió una voz femenina chillona 

La señora se me acercó y beso mis dos mejillas y después abrazó a Santiago y le susurró algunas palabras que no alcancé a escuchar, luego se me acercó el señor y hizo lo mismo, se acerco a mí esposo y le dio  la mano para después abrazarlo

-Como está, señora Patricia?- Pregunté forzando una sonrisa 

-Excelente, muchas pero muchas gracias por cuidar a mí hijo- Comentó la pelirroja sonriendo 

Yo asentí y le dirijí una mirada de auxilio a mí mejor amiga que esperaba en un extremo de la sala, ella no dijo nada pero me indicaba que respirara profundo 

-Papás que hacen aquí?- Dijo santiago sonriente

-Eres nuestro hijo, debemos estar aquí para afrontar esta situación  tan difícil para ti- respondió el señor Alberto sonriendole 

Todos pasamos a la mesa y cenamos, yo no dije nada solo observaba a Santiago hablando con sus padres, la mamá de Santiago nunca fue muy promotora de la relación de el y yo así que siempre le caí mal, y en una ocasión Santiago se le reveló y discutieron por mi, desde ahí no habíamos hablado

-Y cuanto se quedarán?- preguntó Lucas 

-Aún no sabemos, no creemos que pase de una semana- Respondió su padre 

El señor Alberto por otra parte siempre aceptó que yo estuviera enamorada de su hijo, siempre fue comprensivo y respetuoso, el se había ganado mí cariño desde que Rebeca andaba con Santiago 

-Bueno creo que ya es hora de irnos- Comentó la mujer levantándose de la silla al igual que su esposo- Que tengan buena noche- Ella se acercó y se despidió de todos y luego partieron 


Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora