¿Donde estoy?

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Luego de la peor fiesta de la vida no había visto mucho a Santiago, me evitaba pero creo que era algo que me beneficiaba. No se no quería verlo luego de besar a mí ex dos veces en una fiesta frente a él es entendible que ahora si no quiera verme ni en pintura. Todo había sido normal, salía con Angela a una que otra fiesta y aveces que encontraba a Alejandro.

Ya era viernes y estaba agotada, también hubo mucho trabajo ya en la mañana me iba a tomar mi 3er energizante, la maquina expendedora de bebidas solo tenía un vive 100% aunque no me gustaba lo tomé, un mareo hizo que dejará caer la botella, mi cuerpo cayendo y un ultimo suspiro antes de cerrar mis ojos.

Sentía frío y mis ojos pesar, los abrí con lentitud, los rayos del atardecer me encandilaban por la irritación de la abundancia de luz, los volví a cerrar y los abrí ahora si pude ver detalladamente el atardecer, sin aún sentarme visualicé a habitación ¿Donde estoy? ¿Un hospital? Me senté y cuando me iba a estirar sentí una cálida sensación en mí mano que cortaba el frío, volteé y un chico arrodillado en el piso y su cabeza reposaba en la cama sostenía mí mano dormido. Con cuidado moví su cabello vi su rostro... Santiago, no pude evitar sonreír al verlo dormir tan tiernamente, pero estaba confundida ¿El me trajo acá? ni siquiera se donde estoy.

-Santiago despierta- le susurré al oído con dulzura

Soltó mí mano y talló sus ojos antes de abrirlos, y esbozó un bostezo, me pregunto cuanto tiempo ha estado ahí tirado.

-¿Estás bien Lucía?- preguntó con un tono de preocupación mezclado con cansancio en su voz

-Si- Respondí con sinceridad- ¿Qué pasó?

-Bueno...- Hizo una pausa para estirarse y sentarse a mi lado- te ví cuando tomabas el energizante, estabas sola todo el mundo en clase en verdad no entendí porque tu estabas fuera de una,cuando me acerqué te mareaste y desmayaste, te cargué y te traje acá has estado durmiendo desde entonces- Miró su reloj y sonrió- ¿Cuantos energizantes has tomado? y se nota que no duermes

suspiré una sonrisa y acaricié su mejilla con suavidad pero luego de sentir mi tacto quitó mí mano, estaba preocupado por mí.

-No he dormido bien Santiago (No se nota Lucía), he estado atareada y me tomé como 3 energizantes hoy- suspiré y me recosté en la almohada 

Santiago soltó un suspiro y vi su mirada de "Que terca eres" me sorprendí al sentir la yema de sus dedos rozar mí mejilla y cuando me regaló un beso en la frente, fui cerrando mis ojos y lo ultimo que escuché fue un leve susurro "Descansa reina mía"


Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora