Desorden de emociones

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Había un desorden de sentimientos encontrados, el ver a Santiago y saber que se recuperaría pronto, pero la noticia de que no estaba embarazada me producía felicidad y a la vez un poco de nostalgia, admito que me emocionaba el pensar que podía nacer un niño con las mismas características de Santiago y algunas mías, verlo correr por el apartamento o la gran casa de Santiago, posiblemente que tuviera unos ojos tan bellos como el y todos mis lunares ; pero a la vez sentía un gran alivio porque me podía tomar el tiempo que quisiera para pensar en hijos, tal vez terminar mí especialización y disfrutar un poco mas mí juventud, todos esos pensamientos se esfumaron cuando Angela se sentó a mí lado buscando respuestas de mi larga conversación conmigo misma 

-¿Qué pasó?- Me preguntó angustiada

-No estoy embarazada Angela- Respondí nostálgica

A ella casi instantáneamente se le suavizó el gesto y me miraba comprensiva- Por algo pasan las cosas cariño, tal vez no es el momento- Me consolaba con una sonrisa

-Lo mas triste es que por un momento me lo imaginé- Susurraba recostada en su regazo, sequé una lagrima y me compuse- Pero tienes razón, todo pasa por algo- Le respondí con una sonrisa triste

-Bueno quitemos la tristeza ¿Vale?, convencí a un doctor con unas miradas de que me dijera de Santiago, se está recuperando super rápido- Me dijo emocionada 

-Lo acabé de ver, me sonrió- me sonrojé al recordarlo

-Se que no es el momento ni el lugar pero, no recordaba a Lucas así de guapo- me susurró Angela picaramente 

Le di un vistazo rápido a mí cuñado y la verdad Angela no se equivocaba, Lucas estaba tonificado, se le notaba en la camisa, se había dejado crecer la barba junto con su cabello y al parecer usaba lentes de contacto que resaltaban sus pestañas

-Mmm pues si, podría decirse que tengo un cuñado sexy- Respondí riendo

No había que ser bruja para saber que a Angela le gustaba Lucas, solo pensaba en pobres de los chicos que se morían por ella, me hizo reír el recuerdo. Habían pasado varias horas y poco a poco nos daban mas resultados de Santiago, se recuperaba mas rápido de lo que pensaba, según lo que escuché sus padres había pagado los mejores médicos de Colombia y no me sorprende, a sus padres se le dificultaban venir ya que estaban negociando en España, eso realmente era lo que mas me disgustaba de ellos.

Al despertarme eran las 9 de la mañana ¿Cuanto dormí? me preguntaba sorprendida, mi cuello empezaba a doler debido a la posición en que dormí, A dos sillas al lado mío Angela y Lucas dormían ella estaba entre sus brazos arropados por una manta que al parecer les prestó el hospital, era una escena muy linda de apreciar se veían muy tiernos. Me levanté de la silla y fui por un café al volver me acerqué a donde una enfermera y pregunté sobre el estado de Santiago y me dijeron que lo habían pasado a una habitación, sorprendida olvide lo caliente que estaba el café y quemé mi lengua, decidí esperar un rato antes de pedir permiso de visitar a Santiago aún no terminaba mí café y quería esperar que Lucas y Angela despertaran para que ellos también pudieran verlo.

Una imagen rubia me distrajo por unos segundos, podría conocer esa muy linda cabellera donde fuera ¿Qué hacía Rebeca aquí?, al parecer ella había notado que yo la observaba y rápidamente caminó hacia mi y para mi sorpresa en menos de un pestañear ella me abrazaba

-Lo siento hermanita- me susurraba con sinceridad

Yo le correspondí su abrazo al escuchar sus palabras y notaba como la tensión se iba alejando de su cuerpo, de alguna manera sentía su sinceridad y yo le susurraba que se calmara cuando sentía sus lagrimas. Cuando nos separamos en sus ojos pude ver un alivio que nunca antes había visto en ella

-Tú también perdóname- le dije con dulzura

Rebeca y yo hablamos por un rato como si hace mucho no nos viéramos, ella se había enamorado y estaba muy feliz por ello y que también se alegraba del amor de Santiago y mío.

-Dile a Santi que se mejore ¿Si?, Marcos me espera Afuera- Me dijo Rebeca despidiéndose- Y gracias hermanita, enserio, te quiero mucho- Me dio un beso en la mejilla y se fue

No se porque pero una sonrisa no se borraba de mis labios, volteé y, Lucas y Angela se estiraban en las sillas ambos sonrojados por notar lo junto que estaban y que yo los miraba igual de sonrojada 


Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora