Algarve

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Llegue y tiré mi bolso, de reojo podía ver el intento de ocultar una carcajada por parte de Santiago, Solté mí cabello y busqué en la estantería un buen alcohol, pensé, ¿Vodka?, negué con la cabeza para mí, necesitaba algo más fuerte, tomé una botella de  Johnnie Walker y busque un vaso de wiskey, puse ambos en la mesa del comedor y me dispuse a empezar a desahogar mi furia con el alcohol, alcé la vista y ahí estaba Santiago viéndome con ganas de reírse aún 

-¿Qué ves?- Le pregunté mientras que de un trago terminaba mi vaso 

El levantó sus cejas sorprendido y negó con la cabeza, se acercaba a mi con lentitud y se sentó a mi lado, -Actuaste bien, amor, Te controlaste-  Dijo sirviéndose el también wiskey

-No puedes beber, acabaste de salir de un tratamiento- Susurré bajando la cabeza 

-Bien has dicho, ya terminé el tratamiento, puedo beber.-Dijo dándole un sorbo a su vaso 

-Que terco eres

Esta vez si rió en voz alta, antes de que siguiera hablando el me besó e hizo que por el impulso me tirará al afortunadamente grande sillón, me sentía rara por la apretada falda que tenía pero no reproché, el delicioso sabor del Johnnie Walker se intercambiaba en nuestras bocas, me acomodé y dejé que el beso continuara, me calmaba sus labios presionando a los míos, terminé enlazando mis manos en su cuello y en ese momento el me mordió el labio, lo cual hizo que fuera inevitable soltar un gemido me separé y respiré jadeante el se escondió en mi cuello llenándolo de besos

-¿Por qué serás tan intenso?- susurré con dificultad 

El se rió y continuó me desabrochó la blusa y luego de quitármela la tiró a un lado, quería moverme pero mí cuerpo no obedecía a mis suplicas, estaba bajo su control. besaba mi abdomen y las curvas de mí busto, por Dios este hombre me quiere matar no paraba de pensar,  bajó la corredera de mi falda, dejándome en ropa interior y tacones, el se quedo un rato admirando mi semidesnudez lo cual hizo que un rubor se postrara en casi todo mí cuerpo, como yo estaba tirada en el sofá y el como un dios ahí de pie, también me levanté y mientras lo besaba rozaba con mis uñas los costados debajo de su camisa, luego la tomé y la quité, el me cargó y me llevó a la habitación, sentí miedo, la verdad ninguno de los dos veía el camino, y luego solo sentí como ambos caíamos a la amplia y acolchada cama, desabrochaba su correa y también la puso a un lado, respiraba con dificultad que hacía que el olor a alcohol saliera, no me dí cuenta cuando ambos habíamos quedado semidesnudos 

-¿Estoy borracha o en verdad estamos en estas?- susurré

-No estás borracha, estás bien cuerda- Dijo el riendo 

Seguimos dándonos caricias y besándonos y cuando menos lo pensábamos ya estábamos cubiertos  por sabanas blancas en medio de la noche, me estiré un poco y me recosté sobre el

-Que manera tan peculiar de tratar de quitarme la rabia- Susurré besando su pecho

-No era solo para quitarte la rabia, amor, te necesitaba- respondió besando mí cabello 

Yo me levanté un poco para verlo y le sonreí, besé castamente sus labios y bajé mí vista, veía el balcón y en verdad la madrugada se veía hermosa, tomé un par de sabanas mientras buscaba una bata para cubrirme, me dirijí a la terraza y me recosté al balcón dejando que la brisa fría pudiera mover mi cabello.

-Todo es tan calmado ¿Cierto?- me susurró apoyando su barbilla en mí hombro

-Así es-Suspiré- Ojalá siempre fuera así todo

-Hace mucho no viajamos- comentó mientras mordisqueaba mi oreja

-¿Eso es una indirecta?

-Necesitamos un descanso de todo esto, estar un rato así no nos hará daño- susurró aún más bajo

-¿A donde quisieras ir?

-Algarve, ¿Lo conoces?

-¿Portugal?

El asintió y simplemente nos quedamos mirando la madrugada, los edificios, las luces y escuchando solamente la brisa, abrazados, sin decir nada, solo el dulce silencio acompañándonos, y la verdad no necesitábamos más, ni peleas con suegras ni problemas con ex, solo nosotros, nosotros dos 

Enamorados y enredadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora