35.

2.4K 138 22
                                    

Abrí mis ojos totalmente perdida y con un dolor de cabeza que molestaba.

Note que estaba en un hospital y rápidamente recordé lo que pasó. Comencé a tocar mí panza desesperadamente y raramente estaba plana, cómo si no hubiera nada dentro.

--Tranquila, estás en un hospital-- Una chica hablo a mí lado, al parecer era una enfermera-- Le avisaré al doctor que despertaste.

La chica sale rápidamente de la sala.

¿Que me pasó?

¿Mí bebé?

Miles de preguntas invadían mí cabeza.

Luego de unos minutos por la puerta entro un hombre alto y por detrás de él venía ella, Victoria.

Su apariencia era pésima. Tenía los pelos recogidos en un rodete y sus ojos hinchados.

Sin decir nada se sentó a mí lado.

--¿Cómo está Señorita?-- El doctor se acerca a mí.

--¿Que le paso a mí bebe? ¿Está bien? Dime qué está bien, por favor-- Solloce.

Victoria rompió en llanto a mí lado.

--Lo siento mucho...-- Susurro el médico dando a entender la peor noticia.

Había perdido a mí bebe.

Mí angelito.

Estaba tan ilusionada, quería verlo nacer, crecer, escucharlo decir sus primeras palabras, llevarlo al jardín, luego a la primaria, secundaria, universidad. Todo junto a mí esposa Victoria, el amor de mí vida.

--¿Pero como paso?-- Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos de forma abundante.

--Lamentablemente el embrión no estaba muy bien adherido a la pared del útero y generalmente cuando empieza a crecer hay un aborto espontáneo-- El médico saca sus lentes-- Además, situaciones de mucho estrés o nervios no colabora con este tipo de cuadros, ya que son muy delicados.

--¡Quiero a mí bebe!-- Exclamé tratando de pararme de la camilla a lo que Víctoria me retuvo con su fuerza.

--Señorita debe tranquilizarse por favor-- El doctor ayuda a Victoria a mantenerme acostada.

Me rendí al sentir la fuerza contraria que no dejaba levantarme y solo me digne a seguir llorando.

--Señorita Ramírez-- El doctor llama la atención de mí esposa-- Haremos algunos estudios más, la mantendremos en observación y si todo va bien la daremos el alta.

--Gracias Doctor-- El médico asiente y se retira de la habitación.

No podía dejar de llorar.

Me siento vacía.

¿Porque a mí? ¿Porque?

Victoria tomo mí mano con fuerza obligándome a mirarla.

Sus ojos estaban rojos, se notaba que hace un buen rato estaba llorando.

--Amor...-- Susurro.

--Victoria, quiero a mí bebe-- La angustia me carcomia el cuerpo.

--Lo siento tanto-- Se tiro sobre mí para abrazarme-- Todo esto es culpa mía.

Me apoye sobre su hombro para llorar sin parar por un buen rato.

Sentía un dolor en el pecho, una herida abierta, algo que no se si pueda superar.

¿CASUALIDAD?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora