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En un movimiento Alejandra estaba dentro de mí casa.

--Yerba mala nunca muere-- Mira mí panza.

Yo cubrí mi bebé con mis manos por si me lanzaba otro golpe.

--Alejate de mí-- Hablé entre dientes.

--¿Que sucede aquí?-- Victoria aparece detrás de mí.

Alejandra empezó a aplaudír a lo que ambas la miramos confundida.

--¡Apareció la heroína!-- Ríe sarcástica.

--Alejandra, vete de mí casa ahora mismo-- La rubia le abre la puerta invitándola a salir.

--No me iré sin ti, eres el amor de mí vida, ven conmigo mí amor-- La morocha se acerca a mí esposa a lo que ella se aleja rápidamente.

--¡Vete de mí casa!-- Victoria empujó a Alejandra.

--¿Con que prefieres a esta perra no?-- Alejandra saca de su bolsillo una navaja y apuro contra mí panza.

Yo estaba tratando de resguardarme con mis brazos rodeando mí abdomen.

--Alejandra-- Juan, el hermano de Víctoria aparece detrás de la morocha-- Deja a esta familia en paz de una maldita vez.

--¡Yo quiero ser ella!-- Unas lágrimas comenzaron a caer sobre su rostro-- ¡Yo debería estar embarazada y formar algo con Victoria! ¡No ella!

--¡Que no quiero estar contigo puñeta!

Victoria la tomo de los pelos a lo que a mí me sorprendió. Y la arrastró hasta fuera de la casa, la morocha movía el cuchillo para todos lados a lo que yo tenía miedo de que le haga daño.

--¡No vuelvas a estar cerca de mí familia!-- La rubia cerro de un portazo.

Todos nos quedamos en silencio tratando de entender que había pasado segundos atrás.

--Por dios amor, estás sangrando-- Victoria se observa el brazo.

--Mierda-- Maldice al ver el tajo debido al cuchillo.

--Sientate aquí, voy a buscar el botiquín.

Salí corriendo hasta el baño para tomar el botiquín y curar a mí esposa.

Una vez con ella, limpie la herida y la vende con mucho cuidado. Le dolía bastante aunque se hacía la ruda.

--Diablo cabron pues esa nena está bien loca-- Acotó Juan.

--Voy a pedir una perimetral cabron, está loca, puede hacer daño a cualquiera de nosotros-- Victoria se observa el brazo vendado.

--¿Cómo estás Sol?

--Mmmh bien Juan-- Acomode mí pelo en un rodete-- Tenía mucho miedo que haga otra locura, aunque lástimo a Vic

--Lo importante es que tu estes bien mami, siempre te voy a proteger.

//

Unos meses más tarde

--¡Victoria!

La rubia apareció enseguida en la habitación.

--¿Que paso?

--¿Me pones las zapatillas? No puedo con la panza.

Victoria aguanto la risa probablemente le dio mucha ternura mí peticion.

Tengo la panza demasiado grande y la verdad estas últimas semanas las estuve pasando pésimo. Me siento mal, no puedo casi ni moverme y solo como todo el día.

--Baby...

--mmmm-- Mí esposa ponía mis zapatillas.

--Voy a quedar horrible ahora que lo pienso-- Suspiré triste.

¿CASUALIDAD?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora