¿CASUALIDAD?

37.

--¡Oh, hoy vienes acompañada!

Mí doctora de confianza se emociono al ver a Víctoria conmigo y nos saludos a ambas con un apretón de manos y una gran sonrisa.

Corrió su cuerpo para dejarnos pasar a amabas dentro del consultorio.

--¿Cómo están?-- Pregunto una vez que nos sentamos.

--Nerviosas-- Reí.

Victoria apoyo su mano sobre mí muslo.

--Doc, queremos volver a intentar tener un bebé-- Soltó de una.

La médica sonrió ampliamente.

--Me pone muy feliz que vuelvan a intentarlo de nuevo.

--¿Es posible que salga mal?-- Consulte.

--Todo es posible pero con buenos cuidados durante los primeros meses estarás bien-- Toma su libreta y coloca sus lentes de ver-- Les recomiendo utilizar el método ROPA.

--¿En qué consiste?-- Consulto Victoria.

--Tomamos un óvulo de alguna de las dos y generamos la inseminación para luego ser colocado en el útero de la otra mujer. Es un método seguro y puede funcionar a la perfección.

Mí esposa y yo nos miramos como si hubiéramos encontrado la luz, la esperanza y no pudimos evitar sonreír al vernos. Cómo amaba a esa mujer.

--¿Cuando podríamos comenzar con el procedimiento?

--Podriamos realizarlo en un mes aproximadamente pero podemos tomar las muestras unos días antes.

--¿Podemos hacerlo aquí mismo?

--Por supuesto, tienen que sacar turno en recepción.

Las dos asentimos.

Después de tanta tristeza siento una gotita de esperanza.

Luego de la sesión con la doctora salimos a dar una vuelta con Víctoria por LA antes de ir a casa, estábamos aburridas y decidimos hacer un mini paseo.

Estacionamos frente a un parque de diversiones. Estaba lleno de gente por eso Víctoria se tapó un poco para pasar desapercibida.

Nos sentamos a tomar un helado y disfrutar del día que estaba soleado. Hacia un poco de frío pero el sol compensaba.

Mientras tomaba el helado estaba como tonta viendo a los niños jugar en el parque, ellos reían y corrían por todos lados bajo la mirada de sus padres que sonreían al verlos tan feliz.

--¿Te imaginas a nosotras con un hijo? Sería muy lindo, lo traería aquí para jugar todo el día mientras te beso toda la tarde.

No pude evitar sonreír al escuchar lo que mí esposa describía.

--Me encantaría que así sea-- Sonreí.

--¿Estás segura de hacer esto amor?-- Consulto la rubia sentada frente a mí.

Ya sabía a qué se refería.

--Si mí amor, estoy segura de hacer esto juntas-- Tomo su mano-- Aunque eso no quita el miedo.

--Yo también tengo miedo-- Confeso-- Pero de verdad quiero una familia contigo.

--Entonces hagámoslo.

Ambas sonreímos y juntamos nuestros labios en un beso fugaz.

Mí celular interrumpe el beso. Me separo de mí esposa y atiendo.

--¿Hola?

--Hija ¿Cómo estás?-- Era mí madre.

--Bien, ¿Y tu?