40.

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--¡Por Dios Melisa!-- La voz de Mariana retumbaba en mi cabeza.

No sé si estoy soñando o escuchando de verdad, me siento abombada.

--Yo no estuve ahí y tengo muchas ganas de hacerlo-- Esa hermosa voz, la que me hace tan feliz.

Siento como una mano se apoya sobre la mía y me acaricia con la yema de sus dedos.

Al sentir su tacto mi cuerpo se estremecío y ella pudo notarlo.

--¿Sol?-- Siento como sus manos van a mi rostro.

Abro mis ojos lentamente para encontrarme con su hermosa mirada.

--Mierda ¿Cómo estás mi amor?-- Acaricio mi rostro.

--Bien-- Susurré acomodandome en la camilla.

--Amiga-- Melisa se acerca a mi.

Hace mucho tiempo no la veía, la verdad que no tuve tiempo pero siempre hablamos por teléfono.

--Mel-- Sonreí.

--Acabo de arrancarle los pelos a esa cabrona--Sonrie orgullosa.

--¿Que cosa?-- Funci el ceño.

Hasta que mi mente recordó lo que había sucedido y me empezó a bajar la presión del mal momento que pase.

--¡¿Cómo está el bebé?!-- Me quise levantar desesperada de la cama pero Victoria me tomo de los hombros.

Un vacío apareció en mi panza, claramente el miedo me amenazaba nuevamente y esa horrible pesadilla de perder a mi hijo paso por mi mente.

--Esta bien amor-- Me apoyo con delicadeza sobre la cama-- Gracias a Dios los estudios salieron bien y el bebé está bien. Solo te desmayaste del susto.

Suspiré y cerré los ojos, el dolor en el pecho y el miedo comenzaron a sesar.

--Tranquila amiga, esa cabrona la hice pagar-- Melisa se sienta a mi lado.

--¿Que hiciste?-- Fruncí el ceño.

--Estaba camino a casa de mi hermana y frene el carro por el semáforo. Al mirar hacia la calle te vi hablando con Alejandra y note que estaba algo tenso. Corrí el auto para dejarlo estacionado y cuando me baje vi todo lo que pasó. No pude evitar salir corriendo tras ella y golpearla-- Pone su brazo para que pueda verlo las de cerca-- Mira como me dejó la perra.

Su brazo estaba todo arañado.

--Luego llame a Victoria que estaba desesperada por ti, no sabía dónde estabas.

--¡Esa es mi amiga!-- Mariana choca los puños con Melisa.

--No es la forma chicas-- Susurré.

Ambas me miraron incredulas.

--¿Cómo que no? ¡Casi mata a tu hijo!-- Exclamó mi amiga.

--Chicas, nos dejan solas un momento...--Victoria las mira serías.

--Bien, estaremos afuera-- Ambas asintieron y salieron de la habitación.

--Baby, ahora descansa, luego veremos qué hacemos con Alejandra-- Toma mi mano.

--¿Tu que piensas?

--Voy a denunciarla y pedir una perimetral-- Su rostro era serio, estaba demasiado enojada aunque trataba de ocultarlo para no alterarme.-- La quiero lejos de mi familia.

--Yo también la quiero lejos, tengo mucho miedo de perder a nuestro bebé Vic-- Hice un puchero-- Voy a protegerlo para siempre.

--Siempre voy a protegerlos, son mi familia-- Se acerca a mi a besar mis labios suavemente.

¿CASUALIDAD?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora