Advertencia:
Esta historia contiene escenas de sexo duro y vocabulario fuertes, además de comportamientos abusivos, como violación, agresión, etc...por ello, si eres sensible a estos términos no continues. Sin embargo, quiero decir que no puedes olv...
Una noche más, cuando el reloj marcó la hora señalada, las puertas del "Paraíso" volvieron a abrirse para recibir a sus clientes.
Charlie estaba entre ellos y tras ocupar una mesa individual y pedirse una copa, esperó paciente el show de Babe pues como le había dicho su psiquiatra y amigo, debía encontrar la respuesta junto al omega.
El joven empresario no dejaba de pensar en lo hermoso y tierno que se veía, la última vez que se habían visto y eso le asustaba pues no le había ocurrido con nadie, excepto con su difunto esposo.
Estaba muy confuso pues aunque había extrañado a Way durante mucho tiempo, el joven y peculiar omega se estaba abriendo un lugar en su pensamiento.
Charlie sentía que seguía amando a su difunto esposo pero no podía negar que las dos noches que había pasado con Babe, habían sido maravillosas.
El abrazarlo y besarlo lo había hecho sentirse muy bien, completo y eso tan solo lo había sentido junto a su difunto esposo, por eso estaba confuso y en un gran dilema moral.
Habían sido varios días en los que no se habían visto y lo cierto era que le preocupaba la reacción de Babe, en cuanto lo viese allí sentado, aunque mucho más le inquietaba lo que este podría pensar, al saber que solo podría estar con él y no con ningún otro alfa.
Una a una, las actuaciones de la noche se fueron dando, hasta que nuevamente el lindo y alto omega apareció sobre el escenario, más decidido y seductor.
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Decenas de ovaciones, gruñidos y obscenidades se escucharon por todo el local, aunque este ya en su burbuja particular, se centró en la música y en su baile, mientras que Charlie sintió como su alfa interior se revolucionaba.
Babe bailó encendiendo la pasión de todos los presentes, los cuales conteniendo su lujuria, bebiendo más y más alcohol mientras sus ansias por poseer a los prostitutos crecían.
Una a una las prendas fueron cayendo al suelo, mientras Babe recordó cada enseñanza y consejo de Kim para resultar más envolvente y deseable, como el batir de sus pestañas muy a menudo o enseñar su linda sonrisa.
Al término del show, este salió corriendo y entonces Charlie ya pudo respirar tranquilo, por lo que pago su copa y a continuación se fue a casa.
Los días pasaron y nuevamente una cita para tener sexo llegó y el joven empresario volvió al club de variedades donde Babe nuevamente tendría su baile y a continuación debía buscarse un compañero de cama.
Una vez más el joven empresario ocupó una mesa y vio como los demás clientes gruñían deseosos de poseer a sendos prostitutos, los cuales ya habituados sonreían para ganarse el pan.
Tiempo después le tocó el turno a Babe de bailar, así que rematadamente hermoso salió al escenario y puso en práctica lo ensayado, deleitando a los presentes con sus sensuales movimientos cada vez más seguros.
