𝙇𝙖𝙧𝙢𝙚𝙨 𝙧𝙤𝙪𝙜𝙚𝙨

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Noche larga, cuentos cortos, la luna alumbraba perfectamente todo el campamento, sin luz esta era una linterna gigante para aquel que saliera de su cabaña.

Vettel se mantenía expentante, se mantenía sentando en silencio en un balcón que se encontraba en la cabaña principal, comiendo aquel helado que los dos idiotas que corrieron dejaron.

—¿Aun no duermes?—apareció Kimi sentándose a su lado, se veía cansado y con el pelo algo revuelto—

—No—dejo el helado de un lado y sonrió—. No me siento cansado, puedes dormir tu, aquí estaré.

Mentira tras mentira salian de su boca, a veces se quería detener pero volvía la necesidad a el, con Kimi era diferente, se sentía pleno y feliz, dejaba esos pensamientos lejos a su lado y odiaban mentirle pero tenía miedo de hablar con verdad.

—Bien—el filandes le dio un beso y se retiro de su lado llendo a dormir—

Le apenaba tenerlo cerca con lo que pensaba hacer esa noche, miro el helado y lo alejo de si, ante la luna formó una sonrisa colocando su máscara, la noche era joven y aprovecharía esto.

Le apenaba tenerlo cerca con lo que pensaba hacer esa noche, miro el helado y lo alejo de si, ante la luna formó una sonrisa colocando su máscara, la noche era joven y aprovecharía esto

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Honnie y los hermanos caminaban por el bosque, ninguno tenía sueño y al no tener luz comenzaban a buscar distracciones, terminaron en el muelle, sentados uno al lado del otro.

—¿Mejor?—pregunto Albon mirando a la pelinegra—

Esta asintió mirando el agua, Kelly seguía desaparecida pero poco a poco empezaba a creer que la mente maestra fue esta, se sentía mal pero ya no tanto, aun se preguntaba, si ella hubiera estado con ellas en el momento, ¿sería igual?

—No te mortifiques—acertó a decir Lily sobando su espalda—

La chica volvió a llorar por cuarta vez en el día, se sentía sola, rita y culpable, perfectamente sabía que no era culpa de ella, aun así, el sentimiento no se fue, tan solo espero por salir de nuevo.

Los otros dos no podían saber que tanto dolía pero sabían que la chica sentía demasiado toda esa noticia, no lo veían como algo exagerado, era más bien el soltar todo después de mucho.

—Ellas, eran lo único que tenía bueno en mi vida—mencionó casi en un susurro—. No lo merecían.

—Nadie merece algo asi—concluyó mirando el agua también—

—Nadie merece algo asi—concluyó mirando el agua también—

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𝘾𝙖𝙢𝙥𝙚𝙧 𝙖𝙫𝙚𝙘 𝙡𝙖 𝙢𝙤𝙧𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora