𝙎𝙪𝙧𝙫𝙞𝙚

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Y como si Checo pudiera saber o leer el futuro, la noche apenas comenzaba para algunos, para otros terminaría cruelmente.

Pato estaban afuera de su cabaña, el mexicano meditaba las cosas, su prima ahora estaba muerta, no sabía como o porque lo estaba pero no quería rebuscar, le bastaba con saber que ya no estaría a su lado

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Pato estaban afuera de su cabaña, el mexicano meditaba las cosas, su prima ahora estaba muerta, no sabía como o porque lo estaba pero no quería rebuscar, le bastaba con saber que ya no estaría a su lado.

—¿No quieres saber?—hablo el pelinegro saliendo con un suéter en mano y entregandoselo al otro—

—No—dijo tomando el suéter—. Siento que si busco más allá, no me gustara el resultado.

—Es probable—se sentó junto a el tallando sus manos—

Un silencio reino un lugar, la luna se mostraba como perla, el viento pasaba entre los árboles como si estuvieran susurrando cosas sin sentido.

—Charlotte, era una buena persona, no quiero manchar su imagen viéndola muerta, tampoco quiero saber la razón—miro un momento a Lance y luego al pasto—

Asintió tomando el hombro de su amigo, como una manera para hacerlo sentir mejor, probablemente no se sentiría así pero al menos acompañado si, el mexicano se comenzó a tranquilizar limpiando sus ideas y recargandose en el hombro de Lance.

—Gracias Lan—dijo con una sonrisa—. Hubieras amado a Char.

Charles estaba acostando en forma de estrella en su cama, estaba harto de escuchar al español decir lo mismo una y otra vez, no tenía botón de apagado

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Charles estaba acostando en forma de estrella en su cama, estaba harto de escuchar al español decir lo mismo una y otra vez, no tenía botón de apagado.

—Déjame dormí Calos—dijo tirándole una almohada cansado—

—No lo niegues, te encanta escuchar tu nombre con mi voz—sonrió molestando al monegasco—

El monegasco negó, en poco tiempo Carlos tomo mucha confianza en el que causaba se volviese parlanchin.

—Anda, no seas aburrido—hablo una vez más regresandole la almohada—

Se preparaba por responder cuando escucharon un golpe hueco, se miraron entre sí, levantándose de un golpe, Carlos tomó una almohada y Charles se enredo en una sábana, abrieron la puerta cuidadosamente encontrándose con nada del otro lado, nuevamente se miraron.

𝘾𝙖𝙢𝙥𝙚𝙧 𝙖𝙫𝙚𝙘 𝙡𝙖 𝙢𝙤𝙧𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora