Solo queríamos pasarla bien, reír, hacer manualidades, quemar malvaviscos y contar historias de terror alrededor de la fogata.
Lo último que pensábamos era formar parte de una.
Ninguno mencionó lo ocurrido, al menos no los tres campistas, Kimi y Seb no tardaron en notificar a Horner y Wolff, entre más rápido se resolviera todo eso sería más fácil poder seguir como si nada, pues, un campamento con una campista muerta y otra desaparecida no sería lo mejor para las personas a cargo de este, era mejor tomar cartas en el asunto y cubrirlo ante la prensa, campistas y sobre todo, los padres.
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Pato caminaba junto a Lance, la tarde comenzaba a mostrarse, nuevamente el único que mantenía la conversación era el mexicano, no le cansaba o molestaba en lo absoluto, sabía que él pelinegro era de pocas palabras, estaba bien con eso.
-¿Por que me hablas?-soltó de repente mirando atentamente al mexicano esperando una respuesta-
-No lo se, te vi y me pareciste buen pedo-contesto este levantando los hombros-. ¿No quieres que te hable?
Soltó la pregunta con la misma rapidez que el otro, su rostro se mantuvo neutral aún sin que Lance respondiera.
-No me molesta que lo hagas-dijo por fin sonriendo, por primera vez ante Pato-. Es solo que...me da miedo, ya sabes, hace mucho no hablo con nadie más que mi padre.
Asintió comprensivo, por eso no hablaba mucho, comenzaba a entender un poco al otro, Lance en verdad le agradaba y una amistad más es explendida.
—Lance, ahora seré tu amigo aquí—una sonrisa se formó en el rostro del mexicano—. Solo si así lo quieres tu.
El pelinegro asintió, comenzaba a tenerle un poco más de confianza, terminaron sentándose en una banca, donde anteriormente Lance conoció al francés.
Se mantuvieron en silencio, tan solo viendo como poco a poco el sol se encontraba con la luna para cambiar de turno en el trabajo.
—Después de esto, ¿seguiremos siendo amigos o algo así?—cuestiono el pelinegro—
—Si–aclaro el otro sonriendo—. Al menos eso espero.
Antes de que pudieran continuar hablando, tres personas se plantaron frente a ellos, causando incomodidad en Lance.
—Pat, nosotros...podrias hablar—una pelinegra se planto delante de los dos chicos, estaba más pálida de lo normal, extrañado el primo de su mejor amiga acepto—
Los chicos desaparecieron por un momento dejando a Lance con los hermanos.
—Y...¿te gusta el chocolate?—hablo Albon recibió una mirada de confusión de su hermana y una tímida del otro presente—
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