kissing your scars

¿Tímida?

Selene Pov

—¿Tenemos que ir disfrazadas?–una ojiazul se encontraba boca abajo acostada en el sofá. Apenas podía entenderle por tener la cara en medio de los cojines.

—A ti se te ocurrió la idea de que la temática fuera de Halloween–mascullé.

—Pensaba que tú ibas a negarte, sabes que todos te hacen caso a ti cuando digo mis ideas estúpidas.

—No lo llamaría estúpido... lo llamaría ideas poco comunes–rasqué mi nuca evadiendo su mirada enojada. —Muéstrame tus opciones de disfraces.

Me acosté encima de ella besando su cuello. Empezó a gruñir intentando quitarme de encima—¿Me estás llamando indirectamente gorda?–se quedó completamente quieta, apostaba a que su rostro estaba asustado.

Me acomodé a su lado admirando su perfil; sus ojos se encontraban más claros que de costumbre. Se encontraba perdida observando a Pachi jugar con tabi, soltando pequeñas risas.

Besé su mejilla dejándola completamente sonrojada, giró su rostro en mi dirección dejando relucir sus nervios.—Muéstrame tú disfraz–besé sus labios.

Suspiró alejándose, pero no se fijó bien y terminó en el piso; intenté aguantar la risa, pero me fue imposible.

—Ya no quiero mostrarte nada.–resoplaba desde el suelo la ojiazul.

—¿Besos de consolación?–sugerí.

Levantó su rostro solo dejando a la altura del sofá sus ojos con un deje emocionado—Acepto.

Se levantó rápidamente y me tomó entre sus brazos para llevarme con ella al cuarto.

—No es necesario que me cargues.

—No es molestia para mí, Luna.–Rodé los ojos ante su sonrisa encantadora.

Me apoyó suavemente en la cama y tomó un par de prendas para entrar al baño, pero se devolvió rápidamente—¿Y si mejor dejamos para sorpresa el disfraz de ambas?— su pecho se encontraba descubierto solo tapado por un top deportivo.

Abrí los brazos para recibir una ojitos adormilada instalada en mi pecho lista para recibir mimos hasta que fuera la hora de arreglarnos.

—¿Tu disfraz cómo es?–preguntó, pero me costaba separar la vista de sus brillantes labios, así que la besé brevemente sintiéndome mejor.

—Mmm no sabría describirlo.–miré el techo.

Estoy 100% segura de que no me dejaría salir del departamento si se lo muestro ahora. Digamos que atraerá demasiadas miradas.

—Me dio curiosidad.

Tendrás más que eso, quise decirle, pero solo me rehusé a sonreírle.

Intentaba que no se durmiera, pellizcando sus mejillas, besando sus labios y dibujando en sus tatuajes.

—Luna, duerme conmigo.

—No tengo sueño, y si te dejo dormir, me quedaré sola y aburrida.–pellizqué su mejilla.

—Desde aquí veo cómo se cierran tus párpados.–su frase se vio interrumpida por un bostezo.

Victoria Pov

La castaña rezongaba, intentando empujarme en un vago intento al cual me reí.

—Ya amor, vamos a tomar una siesta–sus ojos se negaban a cerrarse mientras se dibujaba un gran puchero en sus labios.

—No quiero dormir.

—¿Por qué? Nunca te había visto tan reacia a dormir–arrugué la nariz mientras me acercaba dejando escasos centímetros entre nuestros rostros.