—Victoria, detente. –Me interpuse en su paso antes de que entrara al estudio, llevándome pequeñas miradas curiosas del equipo.— Hablemos.
—¿Qué hay que conversar? Lo dejaste claro hace unos minutos.
Me aparté, dejándola entrar, y pedí permiso al equipo para conversar con ella unos minutos.
—Victoria, no es lo que piensas. –Ajusté la puerta. Ella estaba sentada en uno de los sillones con su pequeña libreta de canciones.
—Cuando te preguntaron con quién sales, solo te empezaste a reír. Luego, empezaron a decir nombres y con cada uno tu reacción siguió igual.
Tiró el cuaderno a un lado y caminó rápidamente hacia mí hasta quedar frente a frente. Sus cejas estaban fruncidas, sus ojos perforaban los míos y sus hombros estaban ligeramente encorvados, con todos los músculos tensos. Su quijada estaba completamente tensa, temblando ligeramente.
—¿Qué querías que hiciera?
—Me negaste, Luna.
—Victoria, en cada oportunidad que te he pedido subir una sola foto juntas, un story o mencionarte en un tweet, entras en pánico o me cambias el tema. Mencionado esto, ¿quién verdaderamente niega a quién?
Apoyé mi mano en su pecho al notar sus intenciones de acercarse. Su rostro seguía tenso y sus labios temblaban de enojo.
—Si vas a decir algo que me va a lastimar, mejor no digas nada. Al final, me seguiré viendo como la mala. –La alejé nuevamente, sabiendo que si la dejaba acercarse, simplemente haríamos como que nada pasaba.
—¿Por qué no logras entender que es difícil para mí ser abierta con los fans sobre las personas que considero especiales? Tengo miedo de que vayan a decir comentarios negativos o hirientes sobre mi gente. Todo lo critican o lo ven mal, no quiero que sufras eso.
Me alejé, sonriendo sin gracia, obteniendo una mirada incrédula de su parte.— Ni una sola foto conmigo, pero prefieres subir contenido con ella. –Señalé el celular, en el cual justo apareció el nombre de la chica con la cual implicaban que Victoria tenía una relación.
Abrí la puerta observando por última vez cómo contestaba el teléfono sin siquiera dirigirme una última mirada. Mariana me esperaba afuera preocupada con un pequeño chocolate en mano.
—¿Te vas?
—Es lo mejor, igual tienen que grabar la nueva canción y no quiero interrumpir.
—Sabes que no eres una molestia y ayudas mucho a calmar los nervios de la rubia tonta. –La figura de Mauro surgió detrás de ella asintiendo levemente.
—No creo que hoy sea un buen día para eso. –Rasqué mi nuca incómoda, agradeciéndole por el chocolate.
La puerta se abrió a mis espaldas. Maldije entre labios, empezando a caminar, ignorando su discusión con Mauro por ser detenida. Lo que menos quería era una discusión en público con una rubia alterada.
Silencié mi celular al notar los constantes mensajes junto con llamadas perdidas de la rubia. Solo quería poder estar un tiempo a solas para analizar todo y luego volver a conversar con ella. Sé que su miedo era que me fuera; odiaba quedarse sola en el departamento.
Me detuve frente a las escaleras por unos minutos para terminar de responder algunos correos y empezar a subirlas hasta llegar al conocido spot junto al balcón con dos pequeñas sillas playeras y el pequeño cooler que tenía algunos bocadillos y bebidas. Frecuentábamos este escondite para tomar un pequeño descanso o simplemente pasar la tarde después de un largo día.
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kissing your scars
Fiksi PenggemarPequeños momentos del día a día de esta pareja. -No le voy a escribir. No hay posibilidades de que me vaya a responder, Andrea-suspire entregándole mi celular. -Oh vamos, al menos desahógate para no seguir pensando en eso. -¿Qué le voy a decir? Ay...