Al entrar, retiré su abrigo y junto al mío, los coloqué en el ropero para tomar su mano y guiarla al sofá-Ya vengo.
Entré a la cocina, tomando dos vasos y sirviendo agua en ellos. Mis manos temblaban, así que me tomé el tiempo de apoyarme en el mesón, tratando de calmar mis nervios, para sentir un par de brazos rodear mi cintura y el rostro de mi castaña colarse en mi cuello, relajando mis músculos al instante.
-Me hirió el hecho de que me habías prometido que ese día sería especial y resultó ser todo lo contrario. Me ignoraste y por una parte entiendo que estabas ocupada, pero ¿tan difícil era decirme algo?-sus manos se aferraron a mi cintura-Dios, te veías tan hermosa grabando, repetías los versos innumerables veces aunque el primero sonara bien. Decidí irme porque sentía que realmente no encajaba ahí y quizás eso era lo mejor-carraspeó.
-En el camino pensé: Bueno, quizás para quitarte el estrés podríamos cenar y ver "The Office", así que compré todo, lo acomodé y te esperé hasta las 11. Ni un mensaje y por Mariana me enteré de que se quedaron tomando-su voz se quebró.
-Un mensaje, esperé un maldito mensaje y cuando llegaste simplemente pasaste de mí, ni siquiera apareciste. Lo que hice y al día siguiente te comiste lo que traje como si nada.
Se alejó de mí-Esto era lo que querías, ¿no?
Sujeté su brazo antes de que saliera-No, dijimos que lo vamos a resolver para que ninguna se vaya enojada o llorando-ambas nos encontramos llorando.
La atraje a mis brazos sintiendo cómo se resistía para resignada sollozar en mi pecho mientras me pegaba suavemente.
-Solo esperaba un mensaje o llamada.
-Te prometo que desde hoy te escribiré o llamaré a cualquier hora.
El resto de la noche fue muy intenso, logramos resolver las diferencias, cenamos juntas y me encargué de fregar los platos.
-Si alguna de las dos se encuentra ocupada, le escribirá a la otra y se decidirá si veremos una película o si estamos muy cansadas simplemente nos abrazaremos en la cama-me señalaba seriamente.
Asentí rápidamente para acercarme a pasos tímidos-¿Puedes volver al cuarto?
Una tímida sonrisa apareció en sus labios, los cuales besé tiernamente-Quizás.
En la noche, toda duda de volver a dormir sola se borró de mi mente al sentirla abrazarse a mí-Te amo, ojitos.
-Te amo, Luna.
Al día siguiente, una muy emocionada castaña se encontraba con las maletas listas en el carro, mientras me arrastraba hasta él, sin siquiera dejarme probar un bocado del desayuno.
-Luna-el pan fue introducido en mi boca, dejándome con tos, mientras ella empezaba a conducir feliz, guiándose con el celular.
Sus ojos brillaban mientras le subía el volumen a la radio, cantando a todo pulmón, dejándome embelesada al escucharla. Sostenía mi mano como micrófono y me pedía hacer los coros. Pero el dolor seguía en mi pecho al haberla lastimado.
El trayecto al hotel, ella recordaba la pedida al noviazgo sobre la que dudó, porque realmente no sabía si surgiría una respuesta positiva o negativa de mi parte, lo cual es absurdo, porque le diría mil veces sí. Mi mente seguía con el recuerdo del carro y cómo logré captar gran parte de eso.
También logré captar cómo casi me saco la madre al distraerme y caer en la piscina por andar grabando a mi castaña, la cual simplemente tomó el celular de mis manos y me siguió grabando.
De regreso a la habitación, toda la ansiedad me seguía lastimando y temía hablarlo con ella. Cada una se duchó con pijamas iguales, snacks, soda y postre, nos acostamos listas para un maratón.
-No puedo seguir notándote distraída, ojitos-detuvo la tele-¿Qué sucede?
Tenía un gran nudo en la garganta que no me dejaba hablar, así que me resigné a buscar refugio en su regazo, llorando en su pecho y comentando lo mal que me sentía. El televisor sonaba de fondo, mientras mi castaña me daba los snacks en la boca y recibía muchos mimos en el rostro.
-Ojitos, el amor no es paciente, ni amable, ni humilde. El amor es caótico, horrible, egoísta y audaz-sus mimos empezaban a adormecerme-Pero sin importar cuántos obstáculos sucedan, yo siempre volvería a ti.
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kissing your scars
FanfictionPequeños momentos del día a día de esta pareja. -No le voy a escribir. No hay posibilidades de que me vaya a responder, Andrea-suspire entregándole mi celular. -Oh vamos, al menos desahógate para no seguir pensando en eso. -¿Qué le voy a decir? Ay...