CAPÍTULO 3

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Lunes en la mañana.

* Narra Agatha

Me sentía cansada, pero hacía 10 minutos que había sonado el despertador y debía prepararme para ir a la escuela.

Bajé a desayunar y al entrar a la cocina (como siempre), vi a mi madre preparando el desayuno mientras mi padre leía el periódico.

- Buenos días - dije al entrar a la cocina.

- Hola cariño - respondió mi padre.

-Te has levantado un poco después - dijo mi madre mientras me servía un poco del huevo que había preparado.

-Sí, me sentía cansada ... Pero aún estoy a tiempo para llegar a la escuela antes de que comiencen las clases - respondí y empecé a comer.

...

Llegué a la escuela justo a tiempo y solo pude saludar a mis amigas antes de que el maestro Cortney iniciará la clase.

Cuando sonó la campana, mis amigas y yo salimos a la cafetería para sentarnos en el mismo lugar de siempre y charlar.

- ¿Qué tal te fue el sábado que según tú dormiste en mi casa? - le pregunté a violeta que estaba sentada enfrente de mí.

- Pues ... No salió como esperaba, pero tampoco estuvo mal- contestó.

La miré con ojos de intriga y le pregunté

- ¿Y entonces?

En ese momento Steven apareció detrás de Violeta y la brasa.

- Hola - dijo Steven que al momento de abrazarla.

-Hola - responde Violeta y en ese momento Dayra y yo nos volteamos a ver intrigadas.

-Chicas... Steven y yo estamos saliendo- anuncio Violeta y después de eso besó a Steven.

-Nos alegra escucharlo - dijo Dayra mientras Steven y Violeta nos observaban en espera de nuestra reacción.

Después de las clases, Violeta y Steven se fueron juntos a la plaza comercial, mientras que Dayra y yo nos fuimos a nuestros respectivos hogares.

Llegué a casa y me di cuenta de que de nuevo estaba sola, mi padre se había ido al trabajo y no tenía idea en dónde estaba mi madre.

Entré a la cocina a servirme un vaso de agua cuando de pronto escuché unos golpes muy fuertes en la puerta, que daba entrada a la casa desde la cocina.

-¡¿Patrick?!-Dije y mientras abría la puerta, él se desplomaba en el piso de mi cocina.

Lo arrastré hasta la sala y lo acosté en el sillón.
Estaba golpeado, tenía abierto el pómulo, el labio partido y un ojo a medio cerrar.

Intenté curarlo mientras seguía desmayado y después de unas horas reaccionó.

- ¿Dónde estoy? - preguntó Patrick, bastante desorientado.

-Estás en mi casa... ¿Recuerdas qué te pasó? - contesté a su pregunta con otra.

-Me encontraron- dijo molesto y después se enderezó.

- ¿Quiénes? - pregunté asustada.

-Nadie, perdón por llegar así a tu casa- dijo mientras intentaba levantarse, pero enseguida cayó el suelo.

-No puedes estar de pie por tus heridas, recuéstate por favor- le dije mientras lo ayudaba a levantarse.

- Debo irme- dijo, pero al intentar levantarse nuevamente lo detuve.

-Espera aquí, enseguida vuelvo.

Fui a la cocina y le preparé un té de manzanilla y un café para mí, después de unos minutos volví a la sala con ambas tazas.

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