CAPÍTULO 16

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Después de unas horas volvimos a casa, ya que Agatha se sentía cansada. Imaginó que no debe ser fácil crear a un ser humano y la energía que esto consume... Sobre todo si se trata de Denisse, estaba seguro de que sería la bebé más hermosa del universo.

— Fue un día espectacular Patrick, extrañaba estar así con mi familia -

— Lo sé cariño, me hizo recordar a mi madre... Solo que está vez mejor porque tú y Denisse están a mi lado-

Agatha sonrío.

Entramos al cuarto y le ayudé a ponerse la pijama, porque con el vientre tan crecido, a Agatha ya se le dificulta a eso del movimiento y decía que ya no lograba verse los pies.

— Descansa cariño-
— Buenas noches, Patrick -

—.—.—.-

*Narra Patrick

Suena la alarma a las 7:00 a.m.

Me levanté temprano porque hoy es un día muy especial... Es el cumpleaños de mi madre, cumpliría 47 años, así que me vestí y me dispuse a ir al mercado para comprarle sus flores favoritas y después fui directo al cementerio.

Llegué a su tumba y le hablé

— Hola mamá -
— ¡Feliz cumpleaños! - dije mientras ponía las flores en su tumba.
— Sé que estarías feliz de celebrar tu cumpleaños con nosotros, pero por lo menos yo lo celebraré así.

Además de las flores, llevé la cesta con queso y su vino favorito, ese era uno de los hobbies de mamá: Probar y calificar vinos.

Aproveché que solo iba yo para contarle todo lo que había sucedido desde su muerte, el desinterés de mi padre, los problemas en los que me metí con John, los problemas que seguramente les provoqué o provocaré a mis amigos por ayudarme, lo sorprendido que estaba cuando Agatha se dispuso a ayudarme sin importar que, así como lo feliz que me sentía porque iba a ser padre.

El viento soplaba un poco y yo sentía como si mi madre estuviera acariciándome, esperaba que a pesar de todos mis errores, ella se sintiera orgullosa de la persona que ahora soy.

También le llevé un regalo... Era una edición nueva de su libro favorito, aunque sabía que nunca lo leería, pensaba que habría sido un regalo que a ella le hubiera encantado.

Después de unas horas regresé a casa para ver a Agatha y a Denisse.

— Ya estoy en casa— dije mientras entraba.
— Estamos en la sala Patrick - oí, decir a Agatha.

En la sala estaban ella, su madre, su padre, mi prima y mi tía.

— ¿Qué hacen chicas? - pregunté.

— Estamos planeando el baby shower de mi futura nieta - contestó mi tía Dominica.

— Ah, okay - dije.

Me resultaba raro eso de una fiesta porque yo casi nunca acudí a ellas, pero si era algo que a ellas les emocionaba, no veía porque no celebrar a mi hija.

— Entonces se hará el sábado dentro de dos semanas, para que puedan avisar a sus amigos y que puedan venir a acompañarnos— dijo mi prima para todos.

— De acuerdo, para que vayamos avisando-
— Patrick se encargará de invitar a Carlos, María, Dolores, Patricia y a Jeremy, mientras que yo intentaré contactar con mis amigas para ver si pueden venir - dijo Agatha.

— Okay, entonces Nadia y yo iremos a comprar las decoraciones, mientras que Patrick y el señor Matías se encargaran de la renta de las mesas y las sillas para los invitados y tú vas a descansar mientras tanto Agatha... No queremos que te lastimes o lastimes a Denisse - concluyó Antonella.

—De acuerdo, desde mañana empezaremos a organizar todo para que ese día sea perfecto - dijo Nadia.

Mientras yo fui a la cocina para buscar un vaso de agua, sentí como mi tía Dominica se acercaba lentamente ayudada por su andadera.

— ¿Te encuentras bien tía? -

— Estoy bien Patrick, solo quería decirte que estoy consciente de que hoy es el cumpleaños de tu madre y estoy segura de que fuiste a visitarla, a mí también me hubiera gustado ir, pero es muy difícil en mis condiciones, y que estoy segura de que le alegraría todo lo que está pasando y se sentiría orgullosa por el hombre en el que te has convertido. Aunque por un tiempo perdiste el camino, supiste encontrarlo nuevamente y también lograste encontrar a una mujer maravillosa y amaría el hecho de que su nieta llevará su nombre.

— Gracias tía, gracias por el amor que nos tiene a mi madre, a mi familia y a mí. Le prometo que haré hasta lo imposible porque nunca nos volvamos a separar para que mi hija pueda crecer cerca de ustedes y de ella - le dije y le di el abrazo más fuerte que pude porque ambos estábamos llorando.

Luego de unos minutos, mi tía y yo dejamos de llorar y volvimos a la sala con los demás.

— De acuerdo, entonces quedaría todo listo.
— Ahora pasemos al comedor, hoy preparé yo la comida para que puedan probar ustedes también la comida de allá - dijo Nadia.

Nadia había preparado costillas a la BBQ, ensalada Cobb, macarrones con queso y pan de manzana.

Mi prima y mi tía estaba bastante impresionadas con el sabor de la comida, ya que nunca antes habían probado nada de comida estadounidense.

— Son sabores tan diferentes, pero sabe delicioso - dijo mi tía mientras probaba.

— Que bueno que le guste Dominica y usted junto a Antonella me deberían de enseñar a preparar platillos de aquí - contesto Nadia.

— Por supuesto que lo haremos, deberíamos de designar un día de la semana para cocinar las recetas que conocemos, una semana en su casa, otra semana en la nuestra y otra semana aquí - sugirió Antonella.

— Me parece una gran idea, pero yo también quiero participar - dijo Agatha.

— ¡Claro! -
— Será una gran manera de unirnos más y todos podremos aprender, para que no solo Patrick cocine en tu casa Agatha - dijo Antonella y todos reímos.

— Sí, dejé que él fuera encargado de cocinar porque es muy poco lo que sé hacer y no siempre sabe bien.

— Es verdad, nunca fuiste buena para la cocina hija y me parece sabio que él haya tomado esa decisión para evitar morir envenenado - dijo mi madre y reímos otra vez.

Tomamos café, mientras conversábamos, ahora mi prima fue la que más plática tuvo, contando sus anécdotas de cuando era adolescente y mi tía Dominica la regañaba porque se escapaba a los antros con sus amigas y con un chico con el que salía en esos años.

— Creo que el peor castigo que tuve, fue una vez que yo me fui a la playa con ellos durante todo el fin de semana sin pedirle permiso y le avisé por teléfono porque estaba haya, esa fue la vez que peor me porté y cuando volví, además de que me castigaron quitándome el teléfono, me cambiaron de colegio para alejarme de esos amigos y nunca más los volví a ver. —

—No, pues si exageraste con tu travesura, prima— dije en un tono de burla y desaprobación.

Ella y mi tía siguieron contando más historias por un rato y después ellas y mis suegros volvieron a sus respectivas casas.

Cuando se fueron, Agatha y yo subimos a nuestra habitación para poder descansar.

SIÉNTEMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora