CAPÍTULO EXTRA 1

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* Narra Patrick

Han pasado diez meses desde la muerte de Agatha.

Todos nuestros amigos y familiares asistieron a su funeral, incluso sus amigas Violeta (acompañada de Steven) y Dayra, así como los respectivos padres de cada una.

Los primeros en llegar a esta horrible despedida fueron Carlos y su familia.

—Lo siento mucho Patrick, lo lamento - dijo María llorando mientras me daba un abrazo.

Yo no dije nada ni siquiera la abracé, solo recargué mi barbilla en su hombro hasta que dejó de abrazarme. Posteriormente, Dolores y Carlos me ofrecieron también sus condolencias.

A medida que nuestra familia iba llegando, yo recibía condolencias y muestras de afecto.

Durante el funeral, los padres de Agatha dieron un discurso sobre su hija, su vida, la magnífica persona que era y le prometieron cuidar de Denisse hasta el último día, como desearían que ella hubiera podido hacerlo.

Agatha y Axel fueron enterrados aquí en Canadá, justo detrás de la tumba de mi madre, y en la lápida de Agatha decía:” Hasta el final fuiste mi destino”.

Cuando Denisse y yo volvimos a casa me derrumbe por completo y mientras mi hija estaba en su cuna, yo estaba al lado de ella, tirado en el suelo llorando.

A partir de ese día, los padres de Agatha, Antonella, mi tía y Jeremy me visitaban todos los días e intentaban darme ánimos para salir adelante con mi hija.

Nadia era la principal encargada de cuidar a Denisse, mientras que yo me la pasaba encerrado en mi habitación llorando y solo salía un rato al día para estar con mi hija.

Los meses pasaron y Denisse comenzó a crecer, eso era lo que de vez en cuando me daba ánimos para moverme y un par de veces incluso salí de la casa para dar un paseo con Denisse.

Pero a pesar de todo, yo seguí estando mal.

Así de rápido se me pasó el tiempo, sumergido en el dolor y ya ni siquiera iba al cementerio para verla a ella o a mi madre.

Denisse había crecido muy rápido, ya empezaba a caminar, aunque necesitaba ayuda todavía, tenía todos sus dientes y el mismo color de ojos que tengo yo, pero tenía la hermosura y la delicadeza de Agatha.

Los días que no estaba tan mal, sacaba a Denisse al jardín y le hablaba sobre Agatha, sobre su hermano Axel y sobre mi madre, dos de las mujeres más importantes de mi vida y un hijo que me habían sido arrebatados.

Seguimos lleno al pediatra, al parecer mi hija era bastante fuerte y sana porque en todo este tiempo, nunca había enfermado.

Llegó el primer cumpleaños de Denisse y nuestra familia vino a casa a celebrarlo. Sus padrinos y Dolores, como siempre encantados de estar con ella, le trajeron demasiados regalos.

Traté de dejar de lado mi tristeza para poder celebrar a mi hija como se merece y por unas horas, sentí alegría y felicidad por poder estar aquí.

María se la paso sacando fotos para poder recordar este día. En una de ellas yo estaba cargando a Denisse mientras le sonreía.

Ellos me ofrecieron irme un tiempo con mi hija a México, cambiar de aires para poder mejorar, pero rechace su invitación porque no quería estar lejos de Agatha ni de mi madre.

Aun con todas las alegrías que me daba mi hija, seguía sintiendo un gran dolor y un vacío en el pecho.

Todo esto me llevó a tomar una decisión, pero primero tenía que arreglar algunas cosas.

Hice un testamento, dónde aclaraba que Denisse quedaría bajo la tutela de Carlos y María, que viviría con ellos en México y que cuando fuera mayor de edad se le contaría por completo esta historia, pedí que en su infancia y pubertad se le dijera que Agatha y yo habíamos muerto en un accidente automovilístico, que cuando se le contará la verdad, entonces sería la primera vez que mi hija volvería a Canadá y si lo deseaba podría vivir en esta misma casa.

Después de eso, pasaron unos cuantos meses más y Denisse comenzó a hablar… Su primera palabra fue MAMÁ.

Cuando la escuché hablar lloré, lamentaba que Agatha no estuviera aquí para oír la primera palabra de nuestra hija, así que tomé a Denisse en mis brazos y la abrace sin hacerle daño, pero su palabra también me recordó a Axel, él también había sido una gran pérdida, era solamente un niño que quería tener una familia y Agatha y yo estábamos dispuestos a ser unos padres para él como lo seriamos para Denisse.

Yo seguí intentando aparentar que empezaba a estar mejor conmigo, empecé a hablar más con mis amigos y los padres de Agatha, visitamos más seguido a mi tía, a Antonella y a Jeremy.

Mi prima y él se habían unido mucho desde que se conocieron y más aún cuando John me secuestró, así que ya eran oficialmente pareja.

Poco tiempo después, se acercaba el día en el que Agatha cumpliría años y decidí que ese día le pondría fin a todo esto.

Ese día, los padres de Agatha iban a ir al cementerio para llevarle flores y felicitarla por su cumpleaños, así que les pedí que por favor llevarán a Denisse con ellos.

Mientras ellos no estaban escribí cartas de despedida, lloré y fui al sótano por una soga. Amarré la soga a la lámpara que colgaba en la entrada principal y subiéndome a una silla logré colgarme y terminar con mi vida.

Aunque lamentaba y me enfurecía no tener las fuerzas suficientes para seguir en la vida de mi hija, sabía que sería mejor así, Carlos y María cuidarían mejor de ella de lo que yo podría hacerlo y estaba seguro de que Dolores, Jeremy y mi familia siempre cuidarían y verían por Denisse.

Por instinto luché por un momento contra el dolor que sentía y la falta de aire, pero poco a poco fui cediendo a la fuerza de la soga y me estrangule. Después de unos minutos cerré los ojos por completo y por fin estuve en paz.

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