SIÉNTEME

CAPÍTULO 22

* 8 1/2 meses de embarazo.

Faltaban solamente dos semanas para que Denisse llegara al mundo y Patrick seguía desaparecido.

Antonella era la que mantenía contacto con la policía porque, a mí, mi madre no me permitía salir de la casa por lo avanzado de mi embarazo y porque últimamente había tenido problemas de presión alta.

Mientras que mi padre se iba a trabajar porque solamente él fungía como proveedor ahora que Patrick estaba desaparecido y éramos demasiadas personas que alimentar, puesto que Antonella también había dejado de trabajar por intentar encontrar a Patrick.

Mi madre era la que se había encargado de acompañarme a la última cita con la ginecóloga, un día después de mi desmayo tuve que ir con la doctora para que me hicieran un ultrasonido y saber si Denisse no había sufrido ningún daño cuando me desmayé.

Yo había hecho lo más que podía por dormir bien todos estos días, pero me era imposible por la preocupación que sentía por no haber nada de Patrick y solo lograba dormir unas cuantas horas durante la noche.

Ahora mismo me encontraba sentada en la orilla de mi cama del lado en el que Patrick solía dormir, para mí era una forma de estar cerca de él, ya que el aroma de su colonia se quedó impregnado en las cobijas y quería que Denisse también sintiera a su padre, sentía que ella también se encontraba triste porque casi no había pateado nada desde que Patrick desapareció.

.—.—.

*Narra Patrick

Desde que John me secuestró y me trajo de vuelta a Kenis, yo había estado encadenado a la cama y Axel era el encargado de traerme los alimentos porque, como yo seguía reacio a colaborar con John, él había decidido volverme a meter a las peleas porque con esto pretendía herirme y que así aceptara fungir como su contador para estar a salvo y justo esta noche sería mi primer pelea, por eso mismo fue que mandó a Axel a que me llevara alimentos para que pudiera tener la fuerza suficiente para pelear.

—El señor John me dijo que te trajera de comer para la pelea de esta noche y me dijo que te dijera que sus mejores amigos estarán como espectadores y esperaba que dieras un buen espectáculo y no lo hicieras quedar mal.

—Gracias Axel, has sido bastante amable desde que me trajeron de nuevo aquí.

Axel seguía siendo bastante tímido, seguramente le contaron las historias de cómo yo solía pelear antes de huir y tenía miedo de que algún día reaccionaría mal en su contra porque sabía que era lo suficiente capaz de matarlo.

—Axel… ¿Por qué me tienes tanto miedo?
— ¿Por qué nunca has querido hablar conmigo?

—El señor John me dijo que solo me limitara a traerte los alimentos.
— Además, tengo miedo de que algún día intentes herirme. Ya conozco las historias de lo que solías hacer cuando tenías mi edad y la verdad, me da miedo que un día vayas a atacarme.

—Yo jamás intentaría hacerte nada, Axel eres solo un niño así que no me tengas miedo.

—El señor John dijo que cuando acepté trabajar para él buscando un techo y comida renunciaba a mi vida de infante para convertirme en un hombre, que lo único que debía de hacer era cuidar y ver por su bienestar económico, ya que mis peleas y mis ventas le hacían ganar dinero.

— ¿Desde hace cuánto tiempo estás aquí?

—El señor John me dijo que había perdido un peleador y cuando te vi supuse que fuiste tú y que yo entré como tu reemplazo cuando necesitaba a un contendiente de última hora para una de esas peleas. Y como él me daba comida y un techo yo acepté, pero nunca me dijo que el hombre al que enfrentaría era mucho mayor que yo y apenas me recuperé después de que me rompió varias costillas y el señor John me permitió dejar las peleas un tiempo en lo que me recuperaba, pero tenía que seguir yendo a las secundarias a vender las drogas.
—De hecho, hoy es mi segunda pelea, voy a pelear antes que tú, pero no sé contra quién.