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— Ah, y otra cosa... — volteó a verme — Mi mamá te quiere conocer. Bueno. En sí, mi familia.

— ¿Es enserio?

Asintió. — El domingo iremos a Culiacán y ellos estarán ahí. Nosotros nos quedaremos la mañana siguiente para ver qué onda con los chequeos y tu escuela.

— Universidad. — aclaré.

— Como sea. Es lo mismo.

— Agh... Es algo pronto para conocer a tu familia.

— Insisto. Estamos esperando un hijo, ¿Tú crees que es demasiado pronto conocer a mi familia?.

Rodé mis ojos y negué. 

De verdad estaba poniendo las cosas difíciles.

— Con permiso. — dije parándome de mi lugar.

...

— Wey, me siento como una prepago. — mencionó Paulina mientras acomodaba su ajustado vestido, viéndose al espejo.

— Verdad. — me reí.

— Ash. Ya le dije que sólo nos van a presentar a unos amigos. Dice César que son influyentes.

— ¿Son guapos?. — pregunté haciéndome la loca.

— La gente influyente y con dinero siempre es guapa. — me guiñó el ojo.


— Y ellas son Paula, Leah y Ximena. Amigas mías. Realmente son buena onda, por eso no dudé en invitarlas al VIP. — César nos presentó.

Ay, ajá...

— Un placer conocer gente nueva. — contestó el muchacho de sonrisa coqueta.

Ah, sí... Ovidio.

— Igual nosotras. — contestó Pau. 

Pero es que en realidad yo no dejaba de verlo. Era guapo.

— Bueno, pero que les ofrecemos. ¿Whisky, vodka, tequila, ron...? Ustedes digan. 

— Lo que a las señoritas se les ofrezca. Y no se preocupen, que aquí el Ovidio paga. — Óscar palmeó la espalda del mencionado.

— Cabrón. — soltó una risa sin gracia, mientras asentía — 'Ta bien.


Llegó ese punto en el antro, donde todos ya tenían tragos de más. Nosotros no éramos la excepción.

Mientras Óscar, Ovidio y César habían ido al exterior. Nosotras nos quedamos con algunos acompañantes de ellos bailando.

Todo estaba saliendo de maravilla.

Después de un rato la canción cambió por algo más sensual, diría yo. Las luces bajaron más y empezaron a parpadear, Virtual Diva retumbaba en cada esquina del antro.

— ¡Woooh!

Empecé a moverme al ritmo de la música mientras que en algunos momentos cerraba los ojos para "disfrutar". 

Efectos del alcohol, meramente.

La sensación de que alguien había llegado a lado mío, me hizo abrir los ojos. Me tomó de la mano y empezando a bailar, me dio una vuelta completa como parte del baile. 

Le regalé una sonrisa, algo nerviosa -he de confesar- a pesar del estado en el que me encontraba y él igual hizo lo mismo, pero podía notar la seguridad que tenía mientras lo hacía.

Desconocidos - OGLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora