𝐅𝐀𝐋𝐒𝐄 𝐆𝐎𝐃 ; Theodore Nott

𝐺𝑜𝑟𝑔𝑒𝑜𝑢𝑠

Gorgeous :: Taylor Swift

If you've got a girlfriend I'm jealous of her

But if you're single, it's honestly worse

'Cause you're so gorgeous it actually hurts

Rory Newland

Me desperté cuando mi querido hermano mayor, Demian, me tiró un balde de agua helada para despertarme.

—¡Despiértate, enana! —gritó entre risas y saliendo corriendo de mi habitación.

—¡Eres hombre muerto, Demian! —le grité levantándome de mi cama apurada y yendo tras de él.

—¡Papá, Rory me quiere matar! —exclamó cuando llegamos al salón en la planta baja, escondiéndose detrás de nuestro padre como niño pequeño.

—Tú le tiraste el balde, ahora aguántate —dijo.

Corrió escaleras arriba conmigo detrás y se encerró en su habitación.

—¿En serio, Demian? —le pregunté riendo.

—¡Sí, y no se te ocurra tumbar la puerta! —contestó.

—Bien, te dejo en paz —dije, dirigiéndome a mi habitación para ordenarla.

Hoy es primero de septiembre, lo que significa volver a Hogwarts. Ambos somos bastante dormilones, pero cada año desde que Demian empezó a ir al colegio, nos levantamos temprano y le hacemos una broma al otro para que se despierte. El año pasado, yo se la hice a él, así que este año le tocaba.

Ordené mi cama y abrí las cortinas, dejándome ver la vista al océano que teníamos desde la casa. Me dirigí al baño que tenía en mi habitación y puse a calentar el agua.

Luego de un rato salí, me hice el skincare y me maquillé un poco. En un bolso metí el uniforme para ponérmelo en el tren y bajé a comer.

—Te gané, me aliste más rápido —anunció Demian cuando llegue a la cocina.

—Bueno, creo que cuando pasé por tu cuarto la cama no estaba hecha ni las cortinas abiertas, en cambio puedes ir a ver la mía —le guiñé el ojo.

—Ugh, tú y tu organización —rodó los ojos.

Mi madre nos pasó el plato donde habían unos waffles y otros dos platos, más dos vasos con jugo de naranja.

—¡Waffles! —la cara de Demian cambio por completo, los waffles son nuestros favoritos.

—Disfrútenlo, porque dudo que en Hogwarts les vayan a dar así como los hago yo —dijo mi madre, Mónica.

—Están deliciosos, mamá —le dije cuando termine de masticar el último que me quedaba.

Por otro lado, mi hermano estaba atragantándose con los suyos.

—Estás comiendo como si ayer no hubieras comido —comenté riéndome.

—Cállate, Rory.

—¡Ew, no hables con la boca llena de comida! —murmuré—. Bueno, iré a terminar de alistarme.

Subí las escaleras y me lavé los dientes.

—¡Demian! ¡Nos va a dejar el tren si no te apuras! —le grite desde abajo.

—¡Ya estoy bajando! —gritó de vuelta.

Lo vimos bajar con su baúl y en la jaula su hurón albino, además de otra jaula con una lechuza. A mis padres no les bastó con comprarnos una mascota, sino que decidieron comprarnos nuestra lechuza propia a ambos. Él eligió un hurón y yo un gato.