𝐅𝐀𝐋𝐒𝐄 𝐆𝐎𝐃 ; Theodore Nott

𝐷𝑒𝑙𝑖𝑐𝑎𝑡𝑒

Delicate :: Taylor Swift

Is it too soon to do this?

'Cause I know that it's delicate

Rory Newland

Hoy es sábado, eso significa que hay fiesta. Todos los findes de semana hay una fiesta en las salas comunes de cada casa, esta vez le tocaba a Ravenclaw. Las fiestas son exclusivas de los de quinto año para arriba, porque no querríamos ser niñeros.

—¿Vas a ir a la fiesta de ahorita? —me preguntó Luna.

—Eso creo, nada más que mi hermano no estará contento —contesté—. Pero, a quién le importa.

—Si ustedes van, yo voy —anunció Cho.

—Bien, pero necesito ir a Hogsmeade por un vestido —dije.

—Sin problema, vamos antes de que sea tarde —asintió Cho.

Volví a ver a Lun y ella asintió con la cabeza.

—¡Vamos!

Salimos de la sala común y nos dirigimos a Hogsmeade.

Cuando entramos, mis ojos se fueron hacia un vestido negro que se veía súper en el maniquí.

—Ese es perfecto —comenté señalando la prenda.

—Ese vestido se ve como hecho para ti —habló la trabajadora que se acercaba a nosotras.

—¿Sí? Se ve precioso —le dije—. Quisiera probármelo.

—Claro, allá están los vestidores—señaló unos lugares en la esquina del local.

—Gracias.

Agarré el vestido de donde estaba y me metí en el probador con el. De verdad me quedaba súper bien.

—¡Apúrate, queremos ver! —exclamó Cho.

Salí y ellas sonrieron.

—Ese es el indicado, Rory —dijo Luna.

—De verdad siento que lo sea —asentí—. Me lo llevo, ¿cuánto sería? —volví a ver a la encargada.

—Noventa galeones —contestó.

Saque una bolsa con monedas y se la di.

—Creo que ahí hay cien, quédese el cambio —le dije—. Si no hay, póngalo en la cuenta de los Newland, mis padres le darán el dinero.

Fui de nuevo a los probadores y me quite el vestido.

—¿Me podría dar una bolsa? —le pregunté a la señorita, ella me la dio—. Gracias.

—Amo venir de compras contigo, Rory —comentó Cho.

—Sí, me encanta cuando no te importa el precio y solo te lo llevas —añadió Lu.

—Bueno, mis padres tienen dinero, a parte de que yo también me lo gano.

Nos reímos y regresamos al castillo.

[...]

Ya estábamos listas, así que salimos de la habitación y bajamos la escalera de caracol. Ahí ya había mucha gente y la mayoría de Slytherin, nunca era una fiesta sin ellos.

—¡Rory Newland! —me llamó mi hermano—. ¡No puedes estar aquí! ¿Quién te dio permiso? Yo no recuerdo haberte dicho que podías venir.