II

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Nota de la autora: a partir de ahora los POVs van a ser en primera persona.


¿Por qué la sala común de Slytherin está este año especialmente lejos? Es increíble lo largos que pueden hacerse estos pasillos y escaleras cuando lo único que quieres es escapar. Oh, sí, escapar de algo que creías que había desaparecido por completo. O mejor dicho, de alguien. De un sentimiento, de una mirada, de ese retortijón de tripas. 

Maldita sea, ¿por qué ha venido? ¿Cómo se le ha ocurrido semejante desfachatez, después de todo lo que ocurrió? Es injusto, completamente injusto para todos nosotros. Para Ominis. Para mí. No puedo evitar pensar que lo ha hecho completamente a propósito, y que su único propósito es molestar. Es tan propio de él que no me sorprendería que esa fuera la razón principal.

Sebastian Sallow, ese maldito manipulador, engreído y narcisista. Prefiero no pensarlo, se me pone la piel de gallina cada vez que se me pasa por la cabeza. Las piernas me van demasiado rápido, mi hipotálamo ya ha hecho de las suyas y lo único que quiero es huir. Mi cuerpo no puede soportar más cambios. Demasiados estímulos exteriores.

Soy la primera persona que se burla y hace humor de su propia condición física actual, ¿pero esto? Esto me sobrepasa. Él no puede enterarse. Nunca. No puedo dejar que averigüe todo lo que pasó aquella noche. La última noche que le vi. ¿Y Anne? ¿Le habrá contado algo? De pronto la cena se me ha revuelto en el estómago. El solo pensar que él sabe...

—Pensé que íbamos a hablar.


Me doy la vuelta. Maldita sea, se me había olvidado por completo Garreth. Me doy cuenta de que estoy poniendo otra vez esa cara, la cara de alucinar en colores. Controla tus malditas expresiones faciales, Iv. Aclaro mi garganta y respiro como si no tuviera un ataque de ansiedad en esos momentos.

—Perdona, Garreth, pero no me ha sentado muy bien la cena. Creo que... el tren, sí, me he mareado y ando algo revuelta. ¿Te importa disculparme y hablar mañana?


Garreth se mira los pies. Mal. Significa que le he decepcionado pero es incapaz de decírmelo a la cara.  Es muy bueno, quizá demasiado. Si yo fuera él me hubiera pegado un corte hacía ya tiempo. 

—No es por nada más, ¿verdad?


Me ha cazado, siempre lo hace. Sabe que hay algo que anda mal, y que no tiene nada que ver con él. Prefiero que lo piense así, no quiero instalarle en la cabeza el pensamiento de que él es el problema. Me rasco la muñeca, es un tick nervioso que tengo desde pequeña. Le miro directamente a los ojos y sonrío como nunca.

—Todo va bien, prometido. Solo estoy cansada.


Eres una mentirosa, Iv, no sé cómo no te ha cazado. Siento cómo sus hombros se relajan al oír lo último. Desde hace año y medio, cada vez que digo esa frase Garreth asume que si me pasa algo y estoy cansada es por mi condición y no porque él haya hecho algo. De esa manera siempre que pasa algo que no tiene nada que ver ni con él ni con mi condición puedo librarme del interrogatorio fácilmente.

—Está bien, entonces descansa bien. Mañana será otro día —se da la vuelta, e inmediatamente como un reloj, se vuelve de nuevo sin poder dejarlo pasar—. ¡Por cierto! Es una pasada que haya vuelto Sebastian, ¿no crees? Era muy amigo tuyo.

Antichrist || Sebastian SallowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora