Divagaciones - Michaeng

veintisiete

Ya no importa.

¿Alguna vez importó?

¿Alguna vez, se notó que me importó?

Las personas dicen que estás realmente mal.

Pero maldición, nuevamente no me atrevo a preguntar, maldita vergüenza, maldito orgullo, maldito sea todo lo que me invadió y no me permitió acercarme a ti y soy culpable porque todo eso me perteneció y me pertenece, me hace sentir como un mounstro.

Fragilidad, desearía protegerte, desearía darte toda mi vida y el aire que pueda atrapar, desearía tantas cosas, pero son simples deseos con los que moriré sin haber intentado nada en absoluto.

Sigo llorando, reclamando, golpeando mi almohada por no dar todo de mí y no hacer nada. Las lágrimas nublan mi visión ¿De qué sirve ver si he sido tan ciega? ¿De qué me sirve la calidez proveniente de mi propio cuerpo, si he sido tan fría? ¿De qué me sirve retenerlo todo, si al final sigo encadenada a la negación?

¿Cómo pude mirarte como lo hice?

¿Cómo pude imaginarte?

¿Cómo pude querer hablarte?

¿Cómo pude desear tenerte cerca?

¿Cómo pude desearte?

¿Cómo pude anhelarte?

¿Cómo pude haber dicho que te amo?

Cómo, cómo, cómo, si no puedo salvarte... Ni siquiera tú puedes hacerlo, pero ¿alguien realmente podría salvarnos?