~° Capítulo 1 °~

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La oscuridad me consume, tratando de fingir que no está ahí, pero siempre acecha en las sombras. Es difícil escapar de algo que late dentro de mí, esperando el momento perfecto para emerger.

Sangre...

Mis manos llenas de ese peculiar color rojizo. ¿Me preguntó por qué?

Ah, sí, acabo de matar a alguien. Pero ¿por qué lo hice?

De repente, todo se vuelve oscuro, no hay nada, ni una luz que guíe mi camino.

Comienzo a tambalearme, pero una mano aparece frente a mí, invitándome a levantarme. La tomo, y caigo en cuenta de que brilla, iluminando el camino. Así salgo de esa oscuridad que me consume, pero la sensación de que algo oscuro late dentro de mí persiste. ¿Qué hay en la oscuridad que me atrae? ¿Qué hay en mí que me lleva a cometer actos tan terribles?

La mano que me sostiene es cálida, pero no logra calmar el frío que siento en mi alma. La luz de la mano es mi única guía, mi única esperanza de encontrar la salida de esta oscuridad que me consume.


Lunes...

La alarma no dejaba de sonar. Aún somnoliento, intenté encontrar mi celular para apagarla. Al encontrarlo, la apagué y me levanté, quedándome sentado en la orilla de la cama. Me froté los ojos y los abrí lentamente, aún con sueño. Bostecé y me estiré un poco. Hoy era mi primer día en la preparatoria de mi antigua ciudad. No me sentía nervioso, aunque no podía negar que me daba algo de tristeza alejarme de mis antiguos amigos. Aunque podría verlos de vez en cuando, no sería lo mismo sin ellos en el salón de clases.

Tendí la cama y caminé hacia el armario. Saqué una toalla para darme un baño antes de bajar a desayunar. Ya en el baño, abrí la regadera.

-¡Mierda! -grité al sentir las gotas frías caer sobre mi piel desnuda- . Todavía sigo medio dormido -susurré para mí mismo.

Giré la llave correcta y el agua caliente comenzó a empaparme el cabello y el cuerpo completo. Me quedé debajo de la regadera unos segundos, solo sintiendo el calor inundar el baño. Al terminar de bañarme, me coloqué la toalla alrededor de la cadera y salí del baño. En el armario, saqué un pantalón beige y una camisa de botones. Lo único bueno de esta preparatoria es que no tenía uniforme; podía ir con ropa de vestir.

Salí de mi habitación, bajé las escaleras y caminé en dirección al comedor donde, como supuse, mis padres ya se encontraban desayunando junto a Hannah. Les di una sonrisa de boca cerrada y me senté a lado de Hannah. Tomé un vaso de jugo y le di un gran sorbo.

El desayuno termino. Jonh nuestro chófer ya nos esperaba afuera de la casa para llevarnos a lo que sería nuestra nueva preparatoria, mi madre siempre quería lo mejor para nosotros y ahora que estábamos de regreso. Claro que lo mejor era la preparatoria Willes.

La preparatoria era bastante grande y por lo que mi padre nos había mencionado a Hannah y a mi, era que contaba con una biblioteca grandísima, piscina, gimnasio, varios restaurantes, canchas de fútbol americano y basquetbol, varias cafeterías, clases de baile, arte, violín, piano entre muchas cosas más.

Claro, a mi me encantó desde que dijo "biblioteca" obviamente pasaría todo mi tiempo ahí dentro.

Caminamos por los pasillos, hasta que llegamos al casillero de Hannah, estaba metiendo varias cosas en el casillero cuando Hannah me hablo:

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora