~° Capítulo 22 °~

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Siempre hace falta una
Dosis de maldad...

Por que cuando las cosas
Se ponen difíciles hay que
Saber como manejarlas de la
Mejor manera.

-¿La Gran Cena? -pregunté sorprendido, aunque traté de ocultarlo, no pude.

Después de que los chicos se fueron y nos dejaron solos, Edwin se acercó y cerró la puerta con seguro. Se me hizo raro. Luego se me acercó y, aunque estábamos solos y nadie nos podía escuchar desde afuera, habló en voz baja. Edwin me acababa de decir que sus padres fueron invitados a un evento llamado La Gran Cena. Claramente no tenía idea de qué se trataba ese evento, pero se le hizo muy raro ya que investigó en muchos sitios web y no encontró absolutamente nada relacionado. También les preguntó a sus padres y estos dijeron que era un evento cualquiera.

-Sí, eso. No hay nada en internet sobre ese evento, mis padres no quieren decirme qué es. Hace poco escuché una conversación que mi padre tuvo con alguien. Mi papá le dijo que no quería llevarme, que ese tipo de eventos no eran para mí. Aun así, la persona convenció a mi padre de llevarme y ayer habló conmigo. -Hizo una pausa, se rascó la cabeza frustrado-. Se veía nervioso, asustado diría yo. El asunto es que me dijo que, pase lo que pase en ese evento, no dijera nada, no me asustara y no saliera de ahí. Que es una tradición. No le entendí, pero el tono de su voz me dio a entender que algo malo tiene que ver con ese evento.

-¿No sabes de qué trata con exactitud el evento?

-No, es lo que he tratado de averiguar en estos días.

-¿Por qué me lo has dicho a mí?

Edwin bajó la mirada, soltó un suspiro.

-Myriam... creo que ella me está siendo infiel -hizo una pausa-. Hace tiempo la he visto salir e ir a lugares alejados de la ciudad, también encontré varios mensajes en su celular.

-¿Qué? -dije boquiabierto.

¿Myriam le estaba siendo infiel a Edwin? ¿Por qué? Edwin nunca la trató mal, de hecho, eran la pareja más sana que había visto hasta ahora. Siempre andaban de empalagosos, nunca se separaban, y se notaba que Myriam estaba enamorada de Edwin. ¿Cómo era posible?

-Bueno, de eso no estamos hablando ahora. El asunto es que, ¿tú no has escuchado nada parecido? Lo que sé hasta ahora es que solo va gente que trabaja o está asociada con la empresa del padre de Daniel y, por lo que sé, tu padre está asociado.

Tragué saliva. Sé todo sobre La Gran Cena. Conozco todo sobre ese evento, pero no puedo decírselo así como si nada. Además, mis padres no saben que iré.

-No, mis papás no han dicho nada sobre un evento. Tal vez ellos irán solos.

-¿Tú crees eso? Porque a mi padre prácticamente lo obligaron a llevarme. ¿Por qué tú no irías?

-No lo sé, o tal vez no me han dicho nada. Ya sabes, estuve secuestrado, ahora están preocupados por eso, tal vez se les olvidó -dije, tratando de desviar su atención a que yo no "iría".

-No quiero ir, algo me dice que ese evento terminará mal. Muy mal. -Edwin caminaba de un lado a otro, visiblemente frustrado por la situación-. Sabes que mi intuición nunca falla. Todo esto es demasiado raro, ¿un evento dirigido por el padre de Daniel? Cristian dijo muchas cosas sobre lo que el señor Plont hace, y por cómo estaba mi mamá cuando mi papá le dijo que iría, todo eso me hace pensar que ese evento no es algo normal.

Solté un suspiro, lo cual me dio un fuerte dolor en la costilla, justo donde tenía la herida. Apreté la herida con mi mano y solté un quejido.

-¿Estás bien? -dijo Edwin acercándose, preocupado-. ¿Quieres que llame a un doctor? ¿Qué te duele?

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora