~° Capitulo 10 °~

2 1 0
                                    

En la escuridad de su amor prohibido, encontraron la redención en los abismos de su deseo.


VÍCTOR.

Ese mismo día me dieron de alta, fue todo un fastidio ir de un lado para otro, ver cómo entraban doctores para asegurarse que estuviera bien para salir del hospital y después de dos días de no ver a mis padres, por fin verlos. Cómo en los viejos tiempos. Mi madre me recibió con un abrazo muy fuerte que casi me dejaba sin aire y me lleno la cara de besos, por el contrario mi padre solo me dio un apretón de manos, no es mucho de mostrar cariño pero estoy seguro que eso significó que estaba feliz por mi. Lo primero que hice al llegar a mi casa fue entrar en mi habitación y cerrar la puerta con llave. Mi madre intento hablar conmigo, yo solamente quería descansar en mi cama no en una estúpida cama de hospital, tampoco quería hablar con ellos me bastaba con los abrazos de bienvenida y ya. No soy muy bueno con las palabras.

Decidí matar el tiempo siguiendo con mi investigación sobre Daniel y encontré varias cosas en la laptop de mi padre, con una USB traslade todo lo de su laptop, varios archivos de ahí me llamaron demasiado la atención, el primero era uno llamado "fleshy human", no entendí la verdad por que tenía ese nombre. Intenté entrar pero tenía contraseña he intenté con varias pero ninguna funcionó igual me pasó con todos los archivos , el segundo archivo que igual me llamo la atención por su nombre era "Fresh, meaty, delicious" al parecer estaban divididos en categorías. ¿Pero que era lo que estaban divididos en categorías?

Decidí cerrar la laptop he intentar entrar después.

Lo que se me hizo sumamente raro fue no ver a Hannah, no estuvo cuando salí del hospital ni en el coche esperándome ni en la casa cuando entre ni mucho menos ahora que ya a pasado una hora exactamente desde que llegué a casa. Ni un solo mensaje de ella.



***


Desperté sumido en la oscuridad salvo por mi pequeña lámpara a un lado mío, me levanté y recorrí las cortinas, dejando entrar la luz de la luna, lo que daba a mi habitación un aire medio terrorífico. Me di media vuelta y tome mi celular, lo encendí y vi que eran las 8:30 de la noche, ¿Por qué no me despertaron para cenar? Salí de mi cuarto y baje las escaleras, caminé hacia la cocina esperando ver a mis papás cenando o cocinando pero nada, solamente estaba la cocinera, la cual me miró y me sonrió amablemente.

-¿Sabes dónde están mis padres? -pregunte apoyándome en la barra.

-Tu padre salió por un asunto urgente de su trabajo, tu madre está en su habitación, ¿Quieres que te prepare algo para cenar?

-No, primero iré a hablar con ella después bajo para cenar. Gracias -le di una sonrisa de boca cerrará y volví a subir hasta la habitación de mis padres.

Toque la puerta- ¿Puedo pasar, mamá? -abri lentamente la puerta hasta poder asomar la cabeza.

Mi madre estaba sentada en la cama con la espalda recargada sobre la cabecera, tenía un libro en sus piernas y sus lentes puestos, traía una coleta medio despeinada y su pijamada negra. Levanto la mirada al verme entrar, y dejo su libro a un lado.

-¿Estás ocupada?

-No, ven acá -me señaló el lugar a un lado suyo.

Entre Mentiras y SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora