CAPITULO 9

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KAIDA

El caldero chorreante.

Recordaba este lugar a la perfección pues fue el primer lugar al que Hagrid nos trajo, solo que esta vez las cosas habían sido distintas.

Marge había llegado esta tarde a la casa de los tíos para cenar y pasar la semana ahí, la vieja es estresante por los comentarios que hace, su voz, su saco de pulgas y ni hablar de la voz chillona que hace cada que habla sobre Dudley o sus vacaciones en otros lados.

Un dolor de cabeza por completo.

Esta vez la mujer había dicho algunas cosas sobre Lily y James comparándolos con perros e incluso llamando alcohólico a James, algo que no me importó en absoluto, es decir, nunca lo conocí así que no me molesté en responder, pero Harry sí.

Las cosas pasaron tan rápido que en solo segundos Marge se había convertido en un globo gigante volando por el cielo casi oscuro.

Solté una pequeña risa al recordar al tío Vernon aferrándose a los pies de su hermana para que no saliera volando.

Harry claramente molesto tomó sus cosas y salió de la casa a grito abierto diciendo algunas cosas que no iba a recitar, pero claramente yo tampoco me quedaría ahí a esperar a convertirme en la nueva sirvienta de los Dursley. De manera más relajada empaqué mis pocas pertenencias, tomé a Edmond en brazos y salí de ahí no sin antes de manera sarcástica decirles a los tíos que regresarían a la vieja sana y salva.

El ministerio se encargaría de eso, según la hora ya debieron hacerlo.

Bebí mi jugo de calabaza y subí a mi habitación asignada temporalmente. Una habitación común con una cama de manera horizontal a la pared con dos burós a cada lado y en la esquina superior derecha un pequeño escritorio con los libros.

Caminé aborreciendo el rechinido de la madera vieja y observé con atención el montón de libros.

Suspiré, esta vez se habían encargado de comprarnos los libros y eso significaba que tenía galeones para rato, aun así, no iba a gastar en caprichos y lo ahorraría hasta estar segura de poder conseguir un trabajo y un lugar en donde quedarme.

El suelo retumbó y del techo cayó polvo cuando el tren pasó, las vías de este estaban justamente afuera de mi ventana, recordé el expreso de hogwarts y mis ganas de volver. ¿Qué podía hacer ahora?

—¿En qué piensas? —levanté la mirada y la dirigí a la puerta, Theo estaba apoyada en esta con una ligera sonrisa que apenas podía apreciarse.

Lo observé de pies a cabeza y casi podía sentir mi corazón rebotar en mi interior de un lado a otro.

Estaba tan alto, su cabello se había oscurecido más, sus ojos eran más profundos y unas ojeras se notaban debajo de ellos haciéndolo ver cansado y peligroso.

Me acerqué a él a pasos lentos deseando que esto no fuera un sueño y supe que no era así cuando una sonrisa socarrona tiró de sus lindos labios rosados, llegando hasta esos dos lunares en su mejilla izquierda.

Desde su cabello ligeramente rizado hasta los ojos azulados en un tono claro, su porte relajado y las facciones más masculinas. Theo era perfecto de pies a cabeza.

—¿Puedo? —le pregunté con una voz tan baja que pareció un susurro, eso provocaba Theodore Riddle, te robaba el aliento. Su mirada y la mía se conectaron, quería abrazarlo y entonces entrecerró los ojos.

—No sé, ¿crees que lo mereces? —se adentró a la habitación cerrando la puerta detrás suyo acortando más distancia, mis manos sudaron por la cercanía y ese olor a café.

Conjurando Amor  /  Riddle 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora