Una alternativa
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—Caballeros, entiendo que la nación está de luto, sin embargo, es preciso acabar con esta crisis lo más pronto posible. Es evidente, además, que el reino tomará otro rumbo en vista de la gran cantidad de acontecimientos ocurridos—habló el príncipe Stewart.
—Bien lo has dicho, Su Alteza. No obstante, a mi parecer, no es el momento. Por respeto hemos de esperar un poco más.
—Para cuando llegue el momento, la nación se irá por un barranco, ministro—le comenta uno de los suyos.
—Pienso que deberíamos esperar a que el ministro de justicia revele la verdad. Todo sigue siendo un misterio. Debemos esperar hasta que se esclarezca la situación, así tomaremos la mejor decisión.
—Está claro, ministro. Sea cierto o falso, el pueblo ya no va a confiar en ellos.
—Tenga cuidado con esa informalidad, "ellos" son el rey, la reina viuda y el primer ministro.
—Cálmense, caballeros. Bien, entiendo que quieran la mayoría esperar y si así lo deciden todos, esperaremos. Mas, debemos tener un plan. No está mal debatir sobre el futuro. Si son inocentes, bien. Pero el ministro tiene razón, ¿volverán a confiar en la Corona?—preguntó a aquellos hombres bien trajeados—. En caso de que sí sean culpables, ¿quién tomará el trono?
—De ser así, la princesa no tendría ningún título y, por tanto, tampoco podría tomar el trono.
—Exactamente—dijo el príncipe, mostrando apoyo a aquel comentario.
—No tenemos rey, no tenemos herederos, ¡qué desastre!
—Sí, tenemos— interrumpió otro.
—¿Qué? ¿Quién?
—¿El difunto rey tuvo otro hijo? ¿Escondido?
—El difunto rey, no— continuó—. El hermano del difunto rey, sí. Aún tenemos al príncipe Stewart.
El príncipe se mantuvo callado ante tal declaración, mientras que los ministros se mostraron contrariados.
El padre del príncipe Stewart se alzaba públicamente contra su hermano, el difunto rey, y cuando él estuvo a punto de ser nombrado príncipe heredero, la reina viuda quedó embarazada; más tarde muere su padre en medio de una situación confusa. Hoy, una vez más, puede que no haya otra opción que coronar al príncipe Stewart. ¿sería lo correcto?
—Recuerden que el padre del príncipe Stewart actuaba en contra del rey en todo momento, ¿cómo es que siquiera piensan entregarle el trono a su hijo?
—¡Controla tus palabras, el príncipe Stewart está justo frente a ti!
—Me excusan y perdóneme, Alteza, pero sobre nuestros hombros recae el futuro de esta nación. Es nuestro deber identificar todo lo que puede representar una amenaza.
—¿Soy una amenaza?
—No es… no es lo que quise decir.
—No se preocupe, entiendo. Como usted, estoy genuinamente preocupado. No estoy aquí por el trono, nunca me ha interesado, por eso me he mantenido alejado de los asuntos políticos del palacio. Estoy aquí porque me interesa que todo vuelva a la normalidad.
Terminada la reunión, el príncipe se encontró con el ministro de justicia.
—¿Lograste que confesaran?
—No, Su Alteza…
—¿Qué está esperando? Sea más severo con ellos. Haga que supliquen por morir, pero que uno de ellos se eche la culpa.
—¿Qué pasa si alguno es inocente?
—La sirvienta es inocente.
—¿Cómo está tan seguro de ello?
—Haga lo que le digo y de ahí en fuera, mantenga la boca cerrada. Recuerda que tenemos un trato. A menos que ya no le interese…
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¿Quién mató a la reina?
Historical FictionAl amanecer, una sirvienta entró en los aposentos de la reina para ayudarla con su rutina de baño, pero en lugar de la usual tranquilidad, encontró su cadáver. Con la corte sumida en el desconcierto y la incertidumbre, pronto queda claro que varios...